El Canal de Suez ya opera con normalidad. Los gigantescos buques que enlazan Asia y Europa vuelven a cruzarlo sin problemas después de los seis días de bloqueo que provocó el 'Ever Given' a finales del mes pasado. No obstante, los más de 20. ... 000 contenedores que transportaba este coloso de 219.000 toneladas no llegarán a su destino en las próximas semanas. Podrían demorarse incluso meses, algo que afectará a las empresas vascas que esperan la mercancía que viaja a bordo del carguero. Afortunadamente, ninguna había enviado productos perecederos.
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El problema está en el contencioso legal que ha estallado para dirimir quién es el responsable de lo sucedido y, por lo tanto, reclamar las compensaciones económicas pertinentes. Egipto acusa del incidente al propietario del buque, la empresa japonesa Shoei Kisen, y le reclama casi mil millones de dólares como compensación por el atasco provocado y por el daño causado a la reputación del Canal. Sin embargo, la aseguradora del 'Ever Given, UK Club, aduce que el carguero estaba en perfectas condiciones y pone el foco en los prácticos del Canal, que son funcionarios desde que las instalaciones fueron nacionalizadas.
Mientras las diferentes empresas involucradas se pelean con el Gobierno egipcio, el buque se mantiene parado con toda la carga y tripulación -25 marineros indios- a bordo, como si fuesen rehenes. Y, consciente de la fuerza que eso le da, El Cairo no tiene intención de dejarle continuar su viaje a Rotterdam antes de pagar la abultada factura. «Nosotros somos la parte más perjudicada», afirma Arturo Miguelez, responsable de Green Ibérica, el brazo español de la naviera taiwanesa Evergreen, que explota la ruta alquilando el 'Ever Given'. «En el mejor de los casos, calculo que el medio centenar de contenedores que tenían Bilbao como destino tardarán muchas semanas en llegar», avanza.
Y puede que algunas de las compañías vascas afectadas ni siquiera reciban compensación alguna por la demora. En primer lugar, porque no todas habían contratado seguros; y, en segundo lugar, porque los de otras no cubren lo que se conoce como 'avería gruesa', considerada fuerza mayor.
Por eso, es clave en este caso resolver las incógnitas que enumera Miguelez: «¿Fue culpa de los prácticos que tienen que tomar el control de la nave? ¿Del capitán que tiene que aplicar las instrucciones de los prácticos de velocidad y rumbo? ¿Del viento excesivo y del efecto vela de un barco tan grande? ¿De la falta de visibilidad por la tormenta de arena? ¿Algún fallo de tensión eléctrica que pudo dejar el barco sin la debida gobernabilidad?». El responsable de la naviera en España se inclina a pensar que fue «un caso de mala suerte, producto de muchas circunstancias adversas que pusieron al 'Ever Given' en el centro de la tormenta perfecta».
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