La capacidad de adaptación es esencial para sobrevivir

Sin embargo, este momento de cambio no es un hecho aislado, sino que viene a reforzar una tendencia con la que ya convivíamos. Estamos inmersos en un período de permanente e irreversible disrupción, porque si bien la incertidumbre siempre ha sido inherente al mundo empresarial, con la revolución digital las transformaciones se han acelerado de manera exponencial: son más profundas, más rápidas. Y ante estas reglas del juego, ¿qué podemos hacer? ¿Cuáles son los objetivos hacia los que liderar y dirigir a nuestras organizaciones?  

En Dominion creemos que la respuesta pasa por potenciar una organización en modo supervivencia; capaz de superar con éxito los momentos difíciles y de aprovechar las oportunidades que, sin duda, surgen tras ellos. El hecho de haber estado muchos años compitiendo en un entorno tecnológico y disruptivo nos ha generado una cultura de adaptación al cambio, resiliencia y flexibilidad que de forma innata se ha imprimido en nuestro capital humano. Para sobrevivir es esencial la capacidad de adaptación, y ésta deriva de forma natural en flexibilidad. La diversificación geográfica, de clientes y sectores, y la descentralización responsable representan efectivos escudos de protección de nuestro Equity, y el uso inteligente y aplicado de la tecnología garantiza la vitalidad de nuestro modelo de negocio. 

Por consiguiente, y ante la certeza de que tendremos que seguir afrontando constantemente nuevos cambios que podrán ser bruscos, profundos o impredecibles, eduquemos a nuestras organizaciones y a nuestros líderes en su capacidad de adaptación al cambio y fomentemos una cultura de flexibilidad. Y para todo ello, apoyémonos en la tecnología disponible, no como un fin o un valor en sí misma, sino como una herramienta que hace posible la definición de mejores y distintos modelos de negocio, y a su vez permitan evolucionar en el camino de la transformación.  

No tengamos miedo de equivocarnos, ni de cambiar, pues no es tan importante la caída como la forma en que nos pongamos en pie.