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El oro y el bitcóin pugnan por convertirse en el producto de inversión anticrisis

La estabilidad del metal atrae a quienes buscan refugio, mientras que los adictos a la volatilidad de la 'cripto' desdeñan su baja revalorización

Lunes, 12 de septiembre 2022, 01:58

Ante la incertidumbre, oro. Durante siglos, esa ha sido una de las máximas inamovibles de los inversores. El metal preciado fue el primer valor refugio -y con el que se acuñaban las monedas más valiosas-, y, aunque luego se le han sumado otros, mantiene su ... reinado. Sobre todo en tiempos de crisis e incertidumbre como el que vivimos.

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De hecho, el año pasado la compraventa de oro fue, con casi 131.000 millones de dólares, el cuarto activo de inversión tradicional del que más volumen se movió en el mercado mundial, solo por detrás de las acciones de las 500 mayores empresas del planeta, los bonos del Tesoro estadounidense, o divisas como el euro.

No obstante, con la irrupción de Internet y del 'blockchain', las criptomonedas comienzan a hacerle la competencia. Según The Block Research, el año pasado cambiaron de manos bitcóin y ethereum por valor de 3,2 billones de dólares, una cifra que incluye todas las transacciones comerciales realizadas con estas dos divisas virtuales. Y el pasado mes de junio la primera marcó un volumen de transacciones récord con el equivalente a 15.700 millones de dólares.

Contexto

-58%El batacazo del bitcóin este año ha sorprendido a los inversores y ha puesto en guardia a las autoridades de diferentes países, que advierten sobre su extrema volatilidad.

Un producto polémico Para sus detractores, las criptomonedas son la nada más absoluta. Un producto sin regular y sin una base sólida que lo sostenga. Para sus prescriptores, sin embargo, simbolizan el futuro y la libertad de un sistema descentralizado.

Rentabilidad a corto y largo

Aunque el oro es tangible y las nuevas divisas son virtuales, hay algunas similitudes relevantes. Sobre todo si la comparación se hace con el bitcóin, la 'cripto' más valiosa y popular: el oro es un metal escaso, aunque se desconoce la cantidad exacta en el planeta, y el bitcóin está limitado a un máximo de 21 millones de unidades; ambos se minan, el oro en la tierra y el bitcóin en granjas de ordenadores; y a los dos se les otorga valor tanto por su carácter de recurso finito como por la facilidad para convertirlo en moneda fiduciaria, razón por la que también se utilizan para circunvalar restricciones al movimiento de capitales.

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Pero basta echar un vistazo a la evolución de su precio para certificar que el comportamiento como producto de inversión dista enormemente. Mientras la cotización del oro es una línea recta, con variaciones poco abruptas, la del bitcóin dibuja una montaña rusa que ha hecho millonarios a unos y que a otros trae por la calle de la amargura.

Buen ejemplo de ello es lo que sucedió el año pasado: el oro arrancó 2021 en 1.943 dólares por onza y lo acabó en 1.805 después de haber marcado un mínimo de 1.683. El bitcóin, por el contrario, se comió las uvas a 32.222 dólares y acabó el año a 46.211, pero después de haber marcado un máximo de 69.000.

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Ahora el oro vale unos 1.700 dólares y el bitcóin parece haberse estabilizado en torno a la marca de los 20.000. Eso sí, en lo que llevamos de año la 'cripto' ha caído un 58%, mientras que el metal solo ha bajado un 6%.

No obstante, inversores como Eneko Knörr, cofundador del servicio de seguridad para 'cripto' Onyze, recuerdan que, «como sucede con la bolsa, la inversión en cripto se hace a largo plazo». Y las estadísticas parecen darle la razón. Si se toma como referencia un lustro, el oro se ha revalorizado un nada desdeñable 46% que, eso sí, palidece frente al 2.400% que se ha encarecido el bitcóin. De ahí que muchos lo consideren la vacuna contra la inflación.

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Contexto

-6,3%La bajada del precio del oro en lo que va 2022 rompe con la máxima de que es un valor seguro ante calamidades como la guerra, aunque sí subió brevemente tras la invasión rusa.

Para el apocalipsis Quien compra oro puede no verlo nunca, como sucede con las acciones. Pero quienes temen un apocalipsis que lleve al mundo a la Edad Media lo guardan en casa, en la convicción de que será el valor más seguro en caso de holocausto.

Un escenario inédito

No obstante, Knörr señala que el oro y las criptomonedas pueden ser complementarias en una cartera de inversión diversa, y reconoce que el primero resulta históricamente más popular entre quienes prevén una hecatombe, «por una recesión muy grave o guerras, como quien se construye un refugio nuclear, porque el oro sube cuando la gente se deshace de otros activos, como bolsa o renta fija, en busca de seguridad». La máxima expresión de esta actitud la representan quienes deciden guardar el oro ellos mismos.

«Pero estamos en un momento en el que podemos tirar a la basura lo que está escrito en los libros, porque están pasando cosas inéditas: los tipos de interés negativos, una pandemia que impulsa la bolsa aunque el mundo esté parado y al borde de la recesión, y una guerra muy grave que, sin embargo, no empuja mucho el precio del oro como habría sucedido en otra situación», señala Knörr.

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De hecho, aunque el día que Rusia invadió Ucrania se revalorizó un 4%, desde ese 24 de febrero el oro ha perdido más del 10% de su valor. Es un nuevo paradigma en el que también está cambiando el papel que juegan las criptomonedas.

Estamos en un escenario nuevo en el que resulta difícil aplicar las teorías válidas hasta ahora

en su contexto

«Bitcóin también se ha visto históricamente como un activo refugio, sobre todo porque no guardaba relación con los mercados financieros. Pero desde hace dos años sí que está correlacionado con las bolsas, y ha subido y bajado con ellas», admite Knörr. A pesar de ello, él confía en que, «aunque podría bajar a los 10.000 dólares», las cripto sigan siendo una buena opción.

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Su principal talón de Aquiles es la volatilidad y el riesgo que suponen. La Royal Mint británica, por ejemplo, calcula que el bitcóin es tres veces más volátil que el índice S&P 500 y casi cinco veces más que el precio del oro. Además, la institución señala que el volumen de esta criptomoneda en el mercado crece más que el del oro que se extrae: un 3% al año frente al 1,7% que ha aumentado el volumen de oro en las últimas dos décadas.

«El oro ha sido desde hace milenios el material en el que se ha guardado la riqueza y ha ofrecido beneficios que rivalizan con los de la bolsa, con un buen comportamiento en momentos de alta inflación. El bitcóin, sin embargo, introduce mucho riesgo en los porfolios de inversión», sentencia.

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