El BCE permite a Kutxabank repartir dividendos a BBK, Vital y Kutxa

Por el momento no se conoce la cifra exacta que el banco vasco podrá entregar a sus accionistas con cargo al ejercicio de 2020, ya que la entidad que preside Gregorio Villalabeitia no ha cerrado aún sus cuentas. Hay indicios suficientes para estimar, sin embargo, que el dinero a repartir entre las fundaciones va a ser muy inferior al de ejercicios anteriores y que no permitirá cubrir los presupuestos de gasto de las fundaciones. Y no sólo por ese límite del 15%, sino también porque el desempeño económico de Kutxabank, en plena crisis provocada por el Covid-19, ha sufrido en el último año.

Al cierre del tercer trimestre del pasado ejercicio -los últimos datos disponibles sobre la cuenta de resultados del banco-, el beneficio neto de Kutxabank se situaba en 159 millones de euros, lo que suponía un descenso del 40% en comparación con el mismo periodo de 2019. El resultado del año completo va a estar condicionado, además, por el esfuerzo que la entidad quiera hacer en provisiones. Esto es, para cubrir pérdidas potenciales que puede sufrir a corto y medio plazo como consecuencia del lógico aumento de la morosidad entre su clientela.

En ese contexto, no es descartable que su beneficio neto del ejercicio ronde los 200 millones de euros, lo que situaría el dividendo a repartir en una cifra alrededor de los 30 millones. Un dividendo que contrasta de forma radical con los 176 millones que Kutxabank había previsto repartir con cargo al resultado de 2019 y que el BCE frenó en seco en marzo del pasado año. El supervisor europeo impuso esa obligación ante la evidencia de que entrábamos en una crisis de proporciones desconocidas, que podía hacer tambalear la solvencia de las entidades financieras del euro.

La Fundación BBK es la más necesitada de recursos debido a la obligación de dotar cada año 25 millones de euros al fondo de reserva para atender una eventual ampliación de capital del banco. La ausencia de dividendos le había colocado en una posición comprometida. La dotación y el mantenimiento de la importante obra social que desarrolla le ha obligado a tirar de ahorros: una bolsa de 100 millones de euros que, en condiciones normales, estaba destinada a tomar participaciones accionariales para buscar fuentes de ingresos alternativas a los dividendos de Kutxabank.

Hay que tener en cuenta que al margen del fondo de reserva y de inversiones, la Fundación BBK destina cada año una cifra cercana a los 29 millones de euros -el doble de lo que puede recibir por el momento como dividendos del banco- al gasto derivado de la obra social.