![La fracasada operación con Kutxabank](https://s1.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/2024/05/01/fracasada-operacion-kutxabank-k5qB-U2102255136855I1C-1200x840@El%20Correo.jpg)
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Kutxabank rechazó en septiembre de 2020 una propuesta de fusión con el Banco Sabadell, que llegó directamente desde la cúpula de la entidad financiera catalana -aunque el 'procés' la convirtió en alicantina- y que desde el primer momento fue vista con muchas reticencias desde BBK, ... Kutxa y Vital, las fundaciones propietarias del banco vasco.
Fue una llamada telefónica del presidente del Sabadell, Josep Oliu, al entonces máximo responsable de Kutxabank, Gregorio Villalabeitia, la que puso en marcha las deliberaciones internas. La respuesta, apenas tres semanas más tarde, fue un rotundo «no».
Aquella propuesta de noviazgo-matrimonio tenía tintes de carrera desesperada -apenas dos meses más tarde el Sabadell lo intentaría con BBVA-, tras haber recorrido un acelerado camino hacia el abismo. El banco había entrado muy débil en la crisis provocada por el covid y su valor en Bolsa se había desplomado un 70% en apenas ocho meses; su balance estaba plagado de dudas y cualquier operación entonces -igual que le pareció a BBVA poco más tarde- merecía la calificación de 'altísimo riesgo'.
Fuentes cercanas a las conversaciones de aquella fallida operación señalan que también se intuyó como «innegociable» que el entonces presidente ejecutivo del Sabadell, Josep Oliu, quería seguir como primer ejecutivo del banco resultante de la fusión. Había también una clara duplicidad de la red de oficinas en el País Vasco, ya que el Sabadell tiene una fuerte penetración en esta comunidad desde 2010, cuando absorbió el antiguo Banco Guipuzcoano. «La fusión hubiese sido una escabechina para el empleo de ambos bancos, al menos para su plantilla en el País Vasco», opinaron entonces fuentes del sector financiero.
«Tiene la fortaleza suficiente para seguir como hasta ahora y un país en el que poder desarrollar su labor. No necesita una fusión ahora», indicó poco después de fracasar las conversaciones el consejero de Hacienda del Gobierno vasco, Pedro Azpiazu, en una alusión directa a la posición estratégica de Kutxabank.
Tampoco eran desdeñables las implicaciones de fondo. Aceptar una fusión con el Sabadell suponía situar a Kutxabank en Bolsa, algo que se había rechazado años atrás y que había provocado incluso la dimisión de Mario Fernández como presidente de la entidad. Algunas de las ecuaciones de canje que se barajaron entonces, sin embargo, situaban a BBK, Kutxa y Vital como aspirantes a controlar el 40% de las acciones del banco resultante, lo que daba muchas garantías de que retendrían el control.
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