Manu Alvarez
Bibao
Viernes, 13 de marzo 2020
El presidente del BBVA, Carlos Torres, ha reclamado este viernes que se adopten «medidas fiscales y laborales» para contrarrestar, al menos parcialmente, las secuelas negativas que va a dejar en nuestra economía la crisis generada por la pandemia del coronavirus. Ha asegurado que la ... entidad financiera va a respaldar a las empresas y familias con un apoyo financiero. Ha calificado de «excelente» el resultado económico del pasado año, a pese a que circunstancias excepcionales han deslucido el beneficio neto. En relación al 'caso Villarejo', que vincula a la entidad con pagos de más de 10 millones de euros al excomisario por supuestos trabajos de espionaje, Torres reclamó que «se deje trabajar a la Justicia».
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Torres ha admitido que «las estimaciones están cambiando de forma muy rápida» y que es muy difícil en estos momentos establecer una proyección adecuada sobre el impacto de la epidemia en la economía española y también en la mundial. «A corto plazo –ha indicado- la incertidumbre ante el rápido crecimiento de los contagios en numerosos países, y las medidas de cuarentena llevarán a una reducción de la demanda a nivel global, así como disrupciones relevantes en las cadenas de suministro. Todos estos factores, junto con el reciente desplome del precio del petróleo, se han traducido en fortísimas caídas en los mercados de capitales globales, y en una elevada volatilidad». El servicio de estudios de la entidad cree que incluso en el mejor de los escenarios, con un comportamiento de la crisis en forma de V –una senda de crecimiento acelerado tras la caída- el daño para la economía española será importante. En torno a medio punto del PIB.
En opinión del presidente de BBVA es necesario reforzar las políticas públicas para hacer frente a este impacto económico y evitar que la crisis se haga crónica. Así, reclamó políticas fiscales y laborales enfocadas a evitar «problemas de liquidez en las empresas y canalizando las ayudas a los colectivos vulnerables más afectados por la caída de demanda o la imposibilidad de llevar a cabo su trabajo». Así, apuntó que el banco ha puesto su granito de arena, fomentando el teletrabajo de 9.000 empleados. «Para los empleados que por la naturaleza de su actividad no puedan teletrabajar, hemos facilitado la flexibilización de horarios y días de trabajo», ha dicho. También ha pedido que las políticas públicas y las decisiones se adopten «de forma coordinada».
Pese a la complicada situación y el descenso brutal de la cotización del banco en las últimas jornadas, Torres se ha mostrado convencido de que la entidad tiene una buena base para apoyar su recuperación. «Partimos de una buena posición de rentabilidad, de capital y de liquidez para afrontar las dificultades asociadas a esta crisis», ha remarcado.
El consejero delegado, Onur Genç –este año su intervención ha sido íntegramente en un impecable castellano y no en inglés como en la junta de 2019- ha desgranado los resultados económicos del banco, que en lo que hace referencia al pasado año tiene una doble cara. BBVA obtuvo un buen resultado en su operativa, con un beneficio que podía haber crecido un 2,7%, pero algunos elementos excepcionales han desdibujado esa imagen.
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En particular, el saneamiento de 1.350 millones de euros en el balance de la filial norteamericana Compass, para adaptar su fondo de comercio a una situación más realista de ese mercado. Así, los 3.512 millones de euros obtenidos por el banco como beneficio, han supuesto un descenso del 35% en comparación con 2018. Un ejercicio en el que también hubo una importante plusvalía procedente de la venta de la filial del banco en China.
Carlos Torres se ha referido de forma tangencial al 'caso Villarejo', que ha supuesto la imputación del banco y también la de varios directivos y exdirectivos, por las supuestas actividades delictivas del excomisario para cumplir encargos de información realizados por el banco. El presidente de la entidad financiera no se ha movido ni un ápice de los mensajes lanzados durante los últimos meses, que giran en torno a la colaboración con los jueces y también a preservar cualquier duda sobre la actuación del consejo de administración «cuyos miembros -ha dicho- no tienen conexión alguna con el caso». «Nosotros seguiremos actuando con total determinación y diligencia, colaborando con la Justicia en el esclarecimiento de los hechos», ha concluido.
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Por su parte, Luis del Rivero, expresidente de Sacyr, ha intervenido para criticar la actuación de la entidad durante el último año, al considerar que no se han dado los pasos necesarios para recomponer la reputación perdida por el 'caso Villarejo'. Ha recordado que fue espiado y sus comunicaciones intervenidas dentro de los trabajos de espionaje pagados por el banco y ha pedido que se «retire el nombramiento como presidente de honor a Francisco González y se le retengan todos sus activos que estén en manos del banco». También ha propuesto que se nombra presidente de honor a título póstumo al fallecido Emilio Ybarra y «que se nombren consejeros a cinco vascos con el culo pelado en cuestiones bancarias», aunque no ha facilitado nombres.
La junta de accionistas ha aprobado el nombramiento de nuevos vocales del consejo de administración para sustituir a José Manuel González-Páramo, Tomás Alfaro Drake y Carlos Loring Martínez de Irujo. En su lugar entrarán en este órgano de gobierno Ana Revenga, el portugués Raúl Galamba y el empresario mexicano Carlos Salazar. Con ello, el consejo sitúa en un tercio la presencia de mujeres en su seno. Todos los acuerdos sometidos a votación han merecido un amplísimo respaldo, con un voto favorable superior al 90%
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La junta de accionistas celebrada ayer por BBVA estuvo presidida por Carlos Torres pero también por el coronavirus, que forzó a una organización atípica y muy telemática. Los pocos accionistas que se animaron a acercarse al Palacio Euskalduna fueron distribuidos en la sala principal, muy separados unos de otros. Apenas acudieron 90 accionistas al evento –habitualmente concentra a unos 1.500- aunque la representación se extendió al 66,83%. Una participación, con la suma de delegaciones de voto y participación telemática que ha supuesto un récord histórico en las juntas de accionistas de la entidad.
El banco había dispuesto varias salas separadas en el Palacio Euskalduna para albergar a los accionistas y evitar que se concentrasen más de 100 personas en un único emplazamiento. No fue necesario utilizarlas debido a la escasa asistencia.
Quienes tuvieron un problema de logística fueron los componentes del consejo de administración, ya que tuvieron que sentarse en varias filas del patio de butacas. Fue materialmente imposible diseñar un emplazamiento en el escenario del Euskalduna –donde habitualmente se sientan en la junta, frente a los accionistas- que cumpliese las exigencias de separación que ha impuesto la crisis del coronavirus. En el escenario tan sólo estuvieron presentes el presidente, el secretario del consejo de administración y el consejero delegado Onur Genç.
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