El avión eléctrico en el que participan Aernnova y Aciturri, al borde de la quiebra

Tanto Aernnova como Aciturri, que tiene su cuartel general en Miranda de Ebro, entraron en este proyecto a mediados de 2022 para participar en la fase de desarrollo -el diseño de algunos componentes- y también en la fabricación de prototipos, con la idea de incorporarse en el futuro a la construcción en serie. El Lilium es un pequeño avión, previsto para 19 plazas, con motores de propulsión eléctrica, despegue vertical y una autonomía de sus baterías para recorrer 250 kilómetros. Está todavía en fase certificación por parte de las autoridades aeronáuticas europeas y norteamericanas. El colapso financiero se ha producido justo antes de que pueda obtener la autorización para ser fabricado en serie. Aernnova se había responsabilizado de las carcasas en las que van alojados los motores, mientras que Aciturri asumió más riesgos como encargados del fuselaje.

Las acciones de Lilium en el mercado Nasdaq norteamericano se han desplomado. En la sesión de este lunes cotizan en torno a los 14 centavos de dólar -cinco veces menos que su valor de la pasada semana- y lejos del 1,41 dólares de sus momentos más estelares. La empresa cerró con éxito una nueva captación de 104 millones de euros el pasado mes de mayo, pero necesitaba más oxígeno. Sus últimas cuentas presentadas al mercado apuntan a que la firma quema algo más de 100 millones de caja al trimestre. Estaban a punto de iniciar una nueva ronda de financiación pero a sabiendas de que la credibilidad del proyecto está herida habían reclamado ayuda pública. Así, el gobierno de Baviera -la sede de la empresa está en Munich- se había comprometido a entregar 50 millones de euros en avales si también habían un respaldo similar del Gobierno federal. Pero éste se ha negado a respaldar la operación, lo que ha llevado a la compañía a presentar el preconcurso de acreedores para intentar ganar tiempo y buscar una solución. El Gobierno francés ya se había comprometido también a aportar algo más de 219 millones en ayudas para construir en ese país una fábrica de baterías y también una planta de ensamblaje. De momento todo queda congelado.

Portavoces oficiales de Aernnova y Aciturri tan solo han manifestado su deseo de que Lilium encuentre la solución a sus problemas financieros -es un posicionamiento en el que también ha incidido la dirección de la firma alemana- para que el proyecto pueda continuar adelante. «Lamentamos profundamente la insolvencia y sus consecuencias para todos los interesados en una fase tan crucial del desarrollo de nuestra empresa», ha afirmado en un comunicado el director general de Lilium, Klaus Roewe. «Sin embargo, aunque no hay garantías de éxito en el procedimiento de insolvencia, esperamos que Lilium Jet tenga la oportunidad de empezar de nuevo una vez que se complete el proceso preconcursal», ha apuntado.

Tener pulmón financiero para finalizar el proceso de desarrollo y conseguir la certificación era crítico para Lilium. La compañía germana había recibido 780 reservas de aeronaves de diferentes compañías aéreas que, sin embargo, no han desembolsado cantidad alguna a la espera de que el aparato obtuviese la homologación necesaria para entrar en producción comercial.