La aeronáutica vasca inicia la recuperación tras los dos peores años de su historia

Ana Villate, directora del clúster que agrupa a las empresas aeronáuticas de Euskadi, Hegan, señala a EL CORREO que se atisba una remontada paulatina y destaca que la recuperación del transporte de viajeros abona el optimismo. Aun así, Villate distingue dos ritmos: el de los aviones conocidos como de 'un pasillo' -destinados a vuelos continentales- y los de 'doble pasillo' -preparados para distancias transoceánicas-. En el caso de los primeros, los ratios de fabricación prepandemia pueden llegar en dos años.

La industria vasca se compone de proveedores de primer nivel internacional. En lo que se refiere a alas y piezas de fuselaje, destacan la alavesa Aernnova y Aciturri que, con su participada Alestis, cuenta con dos plantas en Álava. En cuanto a la parte de motores, ITP Aero es un referente comercial y militar.

El sector redujo su facturación en 2020 en 728 millones de euros y protagonizó el mayor número de expedientes de despido colectivo, que afectaron a dos centenares de trabajadores en Euskadi de modo directo. Hoy estas empresas recuperan el ritmo de producción y ya no tienen ningún ERTE en vigor desde febrero, tras pasar los dos peores años de su historia.

Aernnova ha cambiado un escenario en el que su facturación de 800 millones en 2019 se reducía a 500 en 2020, a otro en el que acaba de adquirir dos plantas de Embraer en Portugal por 151 millones de euros; unos activos que le ligan más al fabricante brasileño y que llevan asociada además una carga de trabajo para los próximos 10 años. La operación refuerza a la compañía fundada por Iñaki López Gandásegui entre los principales constructores de aeroestructuras. Fuentes de la empresa corroboran la mejora de escenario. «Sí, podemos afirmar que se está recuperando el tráfico de los aviones de pasillo único», aunque recuerdan que es necesario mantener la cautela.

Otra de las firmas de aeroestructuras con presencia en Euskadi es Aciturri que, junto a su participada Alestis, cuenta con dos fabricas en Álava y 140 trabajadores. En la misma línea, portavoces de la compañía señalan que este año «supondrá el inicio del proceso de recuperación» y destacan la cancelación anticipada del ERTE. La empresa fundada por Ginés Clemente espera volver a los niveles de empleo y producción de 2019 en tres años.

Las circunstancias de ITP Aero son algo diferentes. Primero, porque está pendiente de cerrar la compra de la compañía por parte del fondo Bain Capital y un consorcio, en el que se espera la incorporación de Indra y del Gobierno vasco para junio. La firma, una de las más importantes en el diseño y construcción de piezas de motor, trabaja en mayor medida para los aviones de 'doble pasillo', precisamente los que más tardarán en recuperar el tráfico. Aun así, el valor tecnológico de la empresa fundada por la ingeniería Sener le da un gran peso en la industria militar, uno de los vectores de crecimiento del sector. ITP juega un papel fundamental en el programa de Defensa europeo FCAS, que desarrollará el nuevo Eurofighter.

En estos pasados tiempos tan difíciles, el sector ha buscado también el desarrollo de proyectos más a largo plazo en los vuelos autopilotados y en las aeronaves eléctricas. Así, Aernnova ha desarrollado un prototipo de dron para Amazon y se ha adjudicado el diseño del avión eléctrico de 19 plazas de Heart Aerospace. Aciturri, por su parte, participa en el aerotaxi eléctrico de Lilium. Es una aeronave que se propulsa con 36 ventiladores y con capacidad para cubrir viajes regionales.

ITP entregó en febrero la primera turbina del motor Utrafan. Un componente clave en la nueva generación de motores de Rolls Royce, que mejoran hasta un 25% la eficiencia medioambiental.

728Solamente en el año de la pandemia, la caída de la facturación de las empresas del sector vasco de la aeronáutica fue de 728 millones de euros.