La aeronáutica y la automoción vasca, pendientes de la crisis brasileña

Así, la situación de inestabilidad que vive el país con una sociedad dividida tras la victoria electoral del nuevo presidente Lula da Silva, y los ataques al Congreso vividos esta madrugada por los manifestantes partidarios del expresidente ultraderechista, Jair Bolsonaro, no alumbran un escenario idílico para las inversiones. Si bien Brasil, que representa uno de los motores económicos de latinoamérica, ha hecho compatible ese rol con momentos de inestabilidad política como los resultantes de las políticas radicales del anterior presidente o de las acusaciones y condenas por corrupción que sufrió el propio da Silva.

Importantes empresas vascas cuentan con grandes proyectos e inversiones en Brasil. Es el caso de Iberdrola que encuentra en el país presidido por Lula da Silva un beneficio de 7.200 millones de euros, el equivalente al 0,6% de su ebitda -resultado antes de impuestos- obtenido el pasado 2021. Una cantidad que sería más elevada si tenemos en cuenta los resultados de su filial brasileña Neoenergía.

Aernnova cuenta en Brasil con uno de sus mercados principales

La aeronáutica es uno de los campos que más concentra la balanza comercial vasca con Brasil. De hecho el 21% de la exportaciones vascas se centran en este sector. Aernnova es una de las compañías con mayores lazos con el país del Amazonas gracias a los múltiples contratos que tiene con Embraer. El fabricante de aeronaves brasileño es uno de los principales clientes de la aeronáutica presidida por Iñaki López Gandásegui y es además a quién la firma vasca compró hace un año sus instalaciones en sur de Portugal. Dos fábricas de componentes que la alavesa adquirió por 151 millones de euros.

Refugio para la automoción

Brasil es también uno de los mercados más importantes para compañías de la automoción vasca como CIE Automotive y Gestamp. La primera cuenta en este país con un 6,6% de sus 3.261 millones de ventas. Lo que se eleva al 7,9% en el beneficio operativo del total de 574,7 millones.

En el caso de la compañía presidida por Francisco Riberas, el crecimiento de ingresos en el Mercosur, donde Brasil juega un papel preponderante, fue del 48,3%, lo que permitió a Gestamp alcanzar unas ventas de más de 8.000 millones con un beneficio de 155 millones.

Para la automoción, Brasil ha sido un mercado refugio en el que, junto a India, se ha notado un comportamiento favorable que ha permitido amortiguar el parón en la construcción de vehículos vivido en Europa por la crisis de chips semiconductores, los problemas de abastecimiento y la transición al coche eléctrico.

Otros de los sectores de la economía vasca que miran con atención la evolución de los acontecimientos en un país en el que los seguidores del ex presidente Bolsonaro cuentan también con apoyos en entornos militares es el de la máquina herramienta. Y es que el 20% de las exportaciones de Euskadi a Brasil se centran en estos materiales. Junto a la aeronáutica y el combustible suman el 50%.

En cuanto a las compras vascas en Brasil, las semillas y plantas son el 58% de las importaciones, mientas que productos como el hierro, el acero y materiales de fundición representan el 19,7%.