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Aernnova ha superado la barrera psicológica, esa de la prepandemia, y en 2022 facturó 740 millones de euros, más que antes del estallido de la covid-19 que congeló a la industria aeronáutica. El salto es de un 42% respecto a los 515 millones de ... 2021, muy superior al crecimiento que ha registrado el sector empujado por el progresivo levantamiento de las restricciones para viajar.
Y es que las causas de este crecimiento en el volumen de negocio, tal y como ha explicado el consejero delegado de la compañía, Ricardo Txokarro, no responden exclusivamente a un crecimiento orgánico. En esos 225 millones de subida en la facturación tienen mucha importancia las nuevas plantas adquiridas por el grupo. Pesan especialmente las instalaciones en Portugal que la compañía compró a Embraer el pasado año y que aportan una facturación de entre 100 y 150 millones anuales. Según ha explicado, han consolidado ocho meses del pasado ejercicio.
En este mismo sentido el primer ejecutivo de la compañía alavesa ha recordado también la aportación de las instalaciones en Hamble, Reino Unido, compradas a General Electric justo antes del estallido del covid. Se trata de una planta con una facturación al año de 95 millones.
A pesar del incremento de pedidos en las carteras de los grandes constructores como Airbus y Boeing, a los proveedores de primer nivel de estos fabricantes, como Aernnova, les sigue resultando extremadamente complejo impactar la subida de costes a sus productos. Esta situación hace que el aumento de ventas no se traduzca automáticamente en los beneficios. El margen sigue sufriendo por la subida de costes energéticos y materias primas, así como por los problemas en la cadena de distribución.
Txokarro ha reconocido que esta realidad ha llevado a la empresa replantear su política de precios en los acuerdos con clientes. La idea es extender las garantías sobre la fluctuación de precios, que el sector ya maneja en materias primas, a otros costes como el laboral. Se trata, en definitiva de evitar que una gran cartera de pedidos firmada con unas condiciones se convierta en una pesada losa por la subida de costes.
Precisamente, la falta de titanio en el mercado ha afectado a la producción en las instalaciones de Berantevilla de Aernnova. La empresa planteó un ERTE, aunque finalmente llegó a un acuerdo de flexibilidad con lo sindicatos esta misma semana. El consejero delegado ha recordado que ya están resolviendo el suministro de este material, que quedará regularizado en el segundo semestre del año.
En cuanto al mercado, el levantamiento de las restricciones por la covid-19 en China ha activado muchos vuelos con Asia recuperando así el mercado de los grandes aviones de doble pasillo, el más retrasado. Este empujón ha engordado la reanimación de las naves de vuelos regionales, las de un pasillo, que ya se activó en 2021.
Pero el sector con mayor crecimiento porcentual ha sido el de los jets, los aviones privados, un área en la que uno cliente histórico de Aernnova, Embraer, tiene gran cutota de mercado. El alquiler de estos aviones y el parque disponible han crecido y se ha notado también en la cartera de pedidos de la compañía alavesa.
El área de Defensa, que está recibiendo un fuerte impulso tras el compromiso de los países de la OTAN de elevar sus presupuestos militares al 2% de PIB, también crece en Aernnova, aunque ocupa en torno a un 15% de su negocio.
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