Las relaciones entre ELA y LAB, siempre complicadas y llenas de altibajos, vuelven a tensarse. Así lo demuestra el duro comunicado que envió ayer el sindicato liderado por Garbiñe Aranburu, en el que acusa a ELA de «truncar el trabajo conjunto» entre ambas centrales, ... que en enero de 2020 llegaron a unir fuerzas para convocar una huelga general de forma conjunta.
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LAB justifica su enfado en que ELA le había dejado al margen de la movilización que ayer mismo presentó su líder, Mitxel Lakuntza, junto a sindicatos soberanistas gallegos y catalanes -CIG y CSC-. Se trata de una protesta que se celebrará el próximo 25 de marzo para pedir la derogación de la reforma laboral, una exigencia que ya se había planteado anteriormente en plataforma común con la central liderada por Aranburu. Pero en esta ocasión ELA ha optado por ir en solitario, lo que ha encendido la mecha.
El sindicato abertzale señala que no se trata de una «decisión aislada» sino que ya se ha repetido en los últimos meses. Lo achaca a dos factores: en primer lugar, a que ELA no comparte con LAB la lucha en el ámbito de la empresa privada, sino que se ha acercado a las patronales; en segundo, a que le falta compromiso en la apuesta por el proceso soberanista en Euskadi.
En relación al primer reproche, LAB recuerda que tras la huelga general del 30 de enero, se exigió a Confebask y a la patronal navarra realizar un acuerdo intersectorial que recogiera el salario mínimo de 1.200 euros, la semana laboral de 35 horas, la eliminación de la brecha salarial que sufren las mujeres y la garantía de subrogación. «Ambas nos respondieron de forma negativa y, en lugar de organizar nuevas movilizaciones, ELA ha fomentado un clima de trabajo conjunto con Adegi y Confebask, intentando realizar un acuerdo insuficiente sobre complementos de los ERTE y acordando un convenio del metal de Gipuzkoa sin lucha», critica en la nota. Y añade: «Estas buenas relaciones han sido ratificadas por los portavoces de ambas organizaciones».
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La segunda razón que en opinión de LAB está detrás del alejamiento de ELA radica en «su negativa a fomentar la confrontación democrática con el Estado, necesaria para llevar a cabo el proceso de autodeterminación de Euskal Herria». Este sindicato recuerda que en septiembre de 2017 ambas centrales apostaron por un proceso soberanista unilateral que posibilitara el cambio social, pero al poco tiempo de presentar la declaración ELA la dejó a un lado, argumentando que la coyuntura política era inadecuada. «Aunque desde entonces la coyuntura política ha cambiado, no se observa ningún interés por parte de ELA para asumir lo compromisos adoptados en aquella declaración», censura. «Más aún, la reivindicación de un marco vasco de relaciones laborales y protección social cada vez tiene menos espacio en su discurso», considera LAB.
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