El acuerdo del metal dispara al máximo en una década los trabajadores con convenio renovado

Habría que remontarse al año 2008, antes de la crisis económica, para encontrar una tasa superior. La recesión, y después la reforma laboral de 2012, complicaron la negociación colectiva hasta dejarla prácticamente paralizada, con lo que el hito alcanzado gana aún más trascendencia.

Eso sí, los acuerdos han estado precedidos de duras y largas huelgas que también han elevado los registros de conflictividad. Pero el caso es que finalmente se ha sellado la paz, lo que supone un importante impulso a los convenios colectivos. El del metal, anunciado el martes, es el que afecta a más trabajadores en Bizkaia, un total de 39.376. El pacto se ha logrado justo a tiempo de evitar una tercera ronda de paros, con el apoyo de CC OO, LAB y UGT, y sin ELA, el sindicato mayoritario, que ha optado por quedarse fuera por ahora.

El conflicto por la enseñanza concertada, que afecta a 13.819 trabajadores, también fue especialmente convulso, con 29 jornadas de huelga que terminaron con un convenio respaldado por ELA, Steilas, CC OO y LAB. Este último sindicato, mayoritario en las ikastolas, firmó el acuerdo en ese ámbito con impacto sobre 4.856 profesionales y todavía pendiente de registrar.

Sumados los trabajadores del metal, los de la enseñanza concertada y los de las ikastolas arrojan un total de 58.000 asalariados que se añadirán a los 297.328 que se contabilizaban al cierre de octubre con convenio actualizado, según el informe bimestral del Consejo de Relaciones Laborales difundido ayer. En términos relativos el porcentaje cerró el mes pasado en un 49,2%, un máximo en cinco años, y con los acuerdos alcanzados va a saltar al 59%, la mayor tasa de una década. Para tomar conciencia del hito alcanzado ahora, basta recordar que el año empezó en el 34,2% y que ha habido ejercicios como los de 2015, 2016 y 2017 en los que ni siquiera se ha llegado al 40% de trabajadores con el convenio renovado a 31 de diciembre.

Teniendo en cuenta semejantes precedentes, no es de extrañar la acogida que tuvo ayer el acuerdo del metal, alcanzado además después de dos períodos de huelgas muy duras en las que se llegaron a producir destrozos en empresas del Duranguesado. El Gobierno vasco expresó su «satisfacción» por boca de la consejera de Trabajo y Justicia, María Jesús San José. «Es el modelo de relaciones laborales que queremos para Euskadi», señaló, para después mostrar su esperanza en que también se alcance un pacto en el metal en Álava. El conflicto ha sido especialmente amargo para el lehendakari, Iñigo Urkullu, por haber apuntado que percibía un mayor talante negociador en la patronal tras sufrir manifestaciones de huelguistas frente a su domicilio, unas palabras que luego matizó.

El diputado general de Bizkaia, Unai Rementeria, celebró el acuerdo y manifestó su esperanza de que «el sindicato que se ha quedado fuera», en relación a ELA, «reflexione y se sume». El enfrentamiento entre Rementeria y el sindicato mayoritario se ha recrudecido en los últimos tiempos, hasta el punto de que Rementeria se ha dado de baja como afiliado.

ELA no quiso profundizar ayer sobre su posición respecto al acuerdo. El martes, cuando se conoció, envió un escueto comunicado en el que se limitaba a apuntar que «hay materias que deben ser mejoradas». También señaló que se analizará el documento con los delegados antes de dar una opinión definitiva y recordó que los avances se habían logrado gracias a la huelga. Por otro lado, los delegados de LAB ratificaron ayer en una asamblea el preacuerdo, lo mismo que los de UGT. Los de Comisiones Obreras lo harán hoy

El acuerdo, alcanzado tras veinte meses de negociasciones, estará vigente hasta 2021 e incorpora incrementos salariales superiores al IPC, recoge la ultraactividad indefinida y contempla una cláusula sobre las subrogaciones; de tal forma que al finalizar la empresa de servicios de mantenimiento la adjudicación del mismo con la compañía principal, ya sea pública o privada (cuando esta última opere en servicios de mantenimiento permanente), los trabajadores tendrán derecho a pasar a la nueva adjudicataria en las mismas condiciones.