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Juan Miguel Esteban Aceituno (46 años, Madrid) se reencontró con el deporte en un escenario poco habitual, en el patio de la cárcel. Es cierto ... que ya tenía cultura y formación deportiva previa en los 1.500 metros, el lanzamiento de jabalina y el fitness, pero fue entre las paredes de aquel patio donde se dedicó a correr de tres a cinco horas diarias en busca de una actividad que le ocupara el día. Esteban había sido encarcelado «porque tuve un problema en una empresa que tenía de seguridad en discotecas. Me condenaron por un accidente» de un trabajador. Fueron miles y miles de vueltas que le sirvieron para ser proclamado 'el loco del patio'. Pero también para que el deporte se convirtiera en salvavidas y motor de su vida cuando en 2017 salió en busca de un futuro mejor.
Desde entonces no ha parado de competir y de ayudar. Se convirtió en un destacado triatleta de larga distancia, en entrenador personal, desarrolló sus proyectos solidarios, creó sus grupos de atletismo y de triatlón y pasó a ser un referente a través de sus charlas sobre superación. De no tener nada a tener una vida plena –«la vida es muy bonita y hay que disfrutarla»–, insiste Esteban, que ahora se ha encontrado con un obstáculo que le era desconocido, el mundo de las lesiones. Otro muro que debe derribar a base de esfuerzo y tesón «porque el deporte es mi vida y en mi cabeza no entra la posibilidad de dejarlo», explica.
Todo sucedió el pasado verano, cuando «gano el medio Ironman de Tarragona y después siento unas molestias que me obligan a descansar». Pero no termina de recuperarse y aquí empiezan a acumularse las circunstancias que mezclan la solidaridad con su tesón. «Primero sufrí la rotura del cruzado y el menisco de una rodilla, me operaron y la cosa fue bien, pero cuando me estaba recuperando, noté lo mismo en la derecha». Una rotura de menisco que le lleva al mismo proceso, pero la recuperación no va por el mismo camino. «Tenía muchos dolores, pero me decían que no era nada», recuerda, hasta el punto de pedir ayuda a su fisio, que le recomienda «una clínica nueva que no conocía nadie, y allí en la clínica Olimpia tengo la suerte de que el doctor Eulogio Martín conoce mi historia y dice que me va a ayudar. Ahí descubren que tengo roto el cartílago y me dicen que debo dejar el deporte», a lo que Esteban responde que «esa no es una opción. Gracias al deporte logré la libertad y ayudo a muchísima gente a través de causas solidarias».
Una operación complicada
Así que le plantean la posibilidad de 'coger' hueso y cartílago sanos de su propio cuerpo para trasladarlo a la zona dañada. «Cuando me abren resulta que ven que no tengo una lesión, sino que tengo cuatro. Entonces, claro, la avería era más grande todavía». La operación es un éxito pero hay muchas dudas de cómo podrá quedar su rodilla para recuperar la actividad deportiva. «A las dos semanas de operarme yo doblaba la rodilla completamente. El doctor me dijo que nunca había visto eso», reconoce Esteban, quien en las últimas semanas ha comenzado a correr en una máquina antigravedad y en elíptica, además de nadar y rodar en bici. «Tengo todo un equipo a mi disposición, me siento Messi o Ronaldo», agradece.
El objetivo de Esteban es que su rehabilitación también sirva de ejemplo y de ayuda. En este caso, a las personas que sufren enfermedades y que entran en depresión. Porque él lo ha vivido en primera persona. «Yo entrenaba entre cuatro y cinco horas diarias y desde verano voy con altibajos, y eso anímica y psicológicamente va haciendo mella». Eso, unido a la presión de ser un referente, porque «la gente quiere correr conmigo y quiere que yo les ayude», le llevó a una situación de ansiedad que incluso le tuvo un par de meses con medicación. Pero a medida que se ha ido recuperando ya ha logrado salir adelante. «Esas pequeñas puertecitas que se van abriendo me van dando esa esperanza y me van dando esa motivación para para poder seguir», afirma Esteban.
Así que se ha planteado su recuperación como un espejo para la gente que atraviesa problemas físicos o anímicos. «Tengas una lesión, tengas una enfermedad, cualquier problema, la cabeza puede con todo. Hay que tener ganas, ilusión, motivación y ser positivos. Cuando estamos en una situación crítica, el estar positivo es el 90% de que las cosas puedan volver a salir bien. Y mi ánimo es ese, que cualquier persona, tenga la edad que tenga, que busque una meta de hacer algo. Y que si está agobiado que lo hable, que vaya a un psicólogo». El no se rinde. Como dice. «dejar el deporte no es una opción».
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