En pleno crecimiento del cross de Vitoria, lo que hoy conocemos como la Media Maratón, en 1983 la Federación Alavesa de Atletismo consideró que había que aprovechar el entusiasmo de muchos atletas que preparaban con esmero la prueba. La propuesta de cerrar el año con ... otra carrera en asfalto tuvo una excelente acogida, con 90 federados que se echaron a las calles de la capital con salida y meta en la plaza de Correos. Fue la primera San Silvestre vitoriana.
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Por aquel entonces, un jovencísimo Martín Fiz, que acababa de fichar por la sección de atletismo del F. C. Barcelona, se hizo con la victoria por delante de Arturo Manrique, del Aurrera, y Patxi Calvo, del Udea. En mujeres, Angélica Manrique, también del Aurrera, se subió al podio como ganadora.
Félix Resa
Federación Alavesa de Atletismo
Un cordero vivo, un jamón y una cántara de vino fueron los premios aquella primera vez. En una época donde la igualdad era una quimera, la primera fémina se llevó una pata de jamón a su casa. De Fiz y Manrique a Iván Fernández y Elena Loyo, dominadores los últimos años, han transcurrido ya 37 ediciones donde la evolución de la carrera ha sido exponencial. «Entre 1990 y 2010 se puede decir que la San Silvestre vivió su época dorada con premios sustanciosos y presencia de atletas africanos que elevaron el nivel. El mejor que ha pasado por Vitoria fue el eritreo Zersemay Tadesse, cuatro veces campeón del mundo de media maratón», recuerda Félix Resa, sempiterno secretario de la Federación Alavesa de Atletismo. En 2002, Tadesse se equivocó de arco de meta en la calle Dato, lo que provocó que le sobrepasara y venciera el keniata Sammy Tum.
¿Por qué se puso de moda la carrera vitoriana? «Desde el Ayuntamiento se consideró que tenía éxito y estableció unos premios que en aquel momento eran muy atractivos. El ganador se llevaba 200.000 pesetas, que hoy serían como unos 1.200 euros. Eso llegó a los representantes, que enviaban atletas», refresca Resa. El directivo recuerda otros nombres como el del marroquí Ramouni Tijani, vencedor entre 1993 y 1995, o el mediofondista argentino Antonio Silio.
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Una de las más sonadas hazañas la protagonizó el vitoriano Iván Sánchez cuando en 2001 se proclamó vencedor por delante de los africanos. «Nos sorprendió gratamente verle llegar antes que los keniatas», recapitula Resa. El incremento de participantes, con más de 1.500 en 2011, provocó que al año siguiente la cita deportiva de Nochevieja adquiriera un marcado acento popular con premios de 600, 400 y 200 euros para los tres primeros alaveses. La tradicional San Silvestre se ha empezado a ir de las manos últimamente con más de 4.000 personas, la mitad corriendo sin dorsal.
Este año, la revolución de trasladarla a un horario matinal (12:00) por primera vez en la historia y sacar el recorrido del centro de Vitoria ha creado cierta controversia en el pelotón. «El cambio viene después de considerar muchos factores que rodean a la prueba: público, comercios, organizadores y Policía Municipal. Seguro que sale bien», augura Félix Resa.
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