Ander Barrio de Rioja y Eneritz Iraola se coronan en la maratón Martín Fiz

Mientras los aplausos resonaban en la recta del Paseo de Cervantes ante el cúmulo de emociones, Ander Barrio de Rioja y Eneritz Iraola se batían el cobre en su reto de la distancia infinita. El vitoriano partía como favorito, después de lograr su mejor marca hace unas semanas en Rotterdam, con 2.27. Tres maratones en apenas nueve semanas es un 'castigo' sólo hecho para superdotados. El atleta del Alimco Running Fiz levantaba por primera vez los brazos en un arco de meta, después de 17 maratones y centenares de medias y carreras de otra índole. Un premio a la constancia y al esfuerzo de un hombre que disfruta con el sufrimiento de la preparación de tiradas largas. Su prueba favorita, en casa y con el honor de inscribir su nombre en el palmarés de la prueba de su mejor consejero, Martín Fiz.

El día fue ideal para correr, con el calor que apretó en los últimos tramos pero un ritmo medido a partir del kilómetro 20, tras superar al segundo, el vizcaíno Carrascal, que le permitió firmar un buen tiempo de 2:35.27 y ganar en confianza para sucesivos retos. Madera tiene y ha demostrado que está en una edad idónea para seguir progresando. a sus 34 años. En tercer lugar asomó la estela inconfundible del veterano Toñín Blanco. El vitoriano volvía a un podio con 52 años. Es uno de los atletas referentes de épocas pretéritas, apartado del atletismo durante casi tres años por una molesta lesión que ha sobrellevado cambiando las zapatillas por la bicicleta. Con más de cuarenta maratones en su bagaje deportivo, el que tuvo retuvo. La organización tuvo la deferencia de reservarle el priviliegio de portar el dorsal número uno.

En categoría femenina, las sorpresas se sucedieron. La vencedora Eneritz Iraola se enfrentaba a su primer maratón, que empezó a preparar en enero con un entrenador personal. De menos a más, en el kilómetro 21 ocupaba la cuarta posición pero supo dosificar para llegar con piernas frescas al final. La guipuzcoana de Bidania Goiatz, una población cercana a Tolosa, no daba crédito a lo que se había enfrentado tras invertir tres horas y veinte minutos. A esto se le llama llegar y besar el santo.

Susana López llegaba tres minutos después para lograr la segunda plaza, mientras que la riojana, afincada en Vitoria, Lourdes Alonso, se metía en el podio a sus 56 años en lo que fue su séptimo reto y mejor registro con 3.26. Quién le diría a esta atleta popular que corrió su primer maratón en Sevilla en 2015 que sería protagonista en la tierra donde pace desde hace décadas encontrando en el running su forma de vida.

Su pena, no poder cruzar la meta al lado de su fiel compañero de fatigas, su marido José Polanco. El mérito de la de Hervías es enorme desde que decidiera desgastar zapatillas hace 16 años. Siempre agradecida, el recuerdo para quien le inoculó este gusanillo, el malogrado Roberto Ruiz, fallecido en 2017.

Esta decimonovena edición ha reducido considerablemente el número de participación, el shock que ha dejado la pandemia es uno de las grandes culpables, pero no ha sido óbice para atraer a atletas de 43 provincias y 17 países. Vitoria volvió a reivindicarse como ciudad del deporte.