Iñigo Gurruchaga
Martes, 3 de julio 2018, 01:57
Serena Williams regresó en febrero al tenis tras dar a luz a su hija, Olympia, jugando con su hermana Venus un dobles en la Fed Cup. Ha ganado cinco partidos en el circuito de la WTA desde entonces y ha perdido tres: contra su hermana, ... 8 en el ranking, en la tercera ronda de Indian Wells, contra Naomi Osaka, 22, en la primera ronda de Miami y retirándose de Roland Garros antes de jugar contra Maria Saparova.
Publicidad
Ayer ganó su decimoquinto partido consecutivo en Wimbledon, victoriosa en 2015 y 2016, pero la organización, que la ha nombrado cabeza de serie 25 cuando su ranking en el circuito tras su larga ausencia es 183, no programó su regreso contra la holandesa Arantxa Rus, 105, en la Pista Central, sino en la Uno. Parece una política de reparto del entretenimiento más que de justicia poética.
El regreso de la menor de las Williams es tan extraordinario a sus 36 años que la prensa británica daba espacio a explicaciones de especialistas sobre la razón por la que la ganadora de 23 torneos del Grand Slam no perdió peso cuando dio el pecho a su bebé. Serena se detuvo durante su conferencia de prensa del domingo en este asunto, debatiendo con mujeres periodistas sobre la ciencia del asunto.
Con su habitual dulzura, que contrasta con la ferocidad en la pista, Williams pidió que le recordaran las preguntas con tres puntos, porque «tengo un cerebro de madre reciente». A pesar de que insiste en que la felicidad y la gesta le dan más ambición competitiva que nunca, quedaban dos dudas: su capacidad de concentración y el estado de su pectoral mayor derecho.
Tras lesionarse en París, durante tres semanas se sometió a ejercicios de rehabilitación dos veces por día y solo cuando llegó a Londres ejercitó el servicio para comprobar que puede utilizar una de sus principales armas en el torneo. No llegó a las velocidades del pasado, pero al final del primer set sus primeros servicios rondaron los 185 kilómetros por hora.
Publicidad
De su concentración da muestras la evolución de un partido en el que Rus, con un historial de dar sorpresas a las favoritas, jugó un buen partido. En el primer set, Williams se adelantó 2-0, se encontró con un 2-2 y rompió a su rival en el undécimo juego para ganar 7-5. En el segundo ganó tres juegos seguidos para superar otra ruptura de servicio y ganó 6-3 en un último juego con seis bolas de set. Una hora y 27 minutos de tenis competido y con fases bien jugadas, el reconocimiento posterior de cierta ansiedad por jugar bien y el malestar que le causó el viento. En la Central fue todo breve y elegante. Roger Federer se deshizo de Dusan Lajovic (6-1, 6-3, 6-4) en 79 minutos.
Y la nota emotiva llegó con la victoria del suizo Stan Wawrinka ante Dimitrov por 1-6, 7-6 (3), 7-6 (5) y 6-4 para reivindicarse en Wimbledon. Situado en el puesto 224 del mundo esta semana, hundido en la clasificación mundial tras ceder en la primera ronda de Roland Garros y pagar por ello después tras haber disputado la final del 2017, al triple campeón de Grand Slam de 33 años la victoria le supo a gloria.
Accede todo un mes por solo 0,99€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Fallece un hombre tras caer al río con su tractor en un pueblo de Segovia
El Norte de Castilla
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.