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iñigo gurruchaga
Lunes, 15 de julio 2019, 00:00
Novak Djokovic revalidó este domingo su condición de número uno del mundo batiendo a Roger Federer en la final de Wimbledon en cinco sets -7-6(5), 1-6, 7-6(4), 4-6 y 13-12(3)-, en un partido en el que el ... suizo cometió errores en momentos decisivos de los desempates y queda, al borde de los 38 años, en peligro de ver a su rival superar su récord de victorias en torneos del Grand Slam.
La terna de jugadores que incluye a los dos finalistas y a Rafael Nadal tiene un domino aplastante del tenis. Desde que Federer ganó su primer Wimbledon en 2003, los tres han ganado 54 de los 65 Grand Slam disputados. Federer se ha llevado 20, Nadal, 18, y Djokovic, 16. Murray y Wawrinka ganaron 3 y Roddick, Gaudio, Safin, Del Potro y Cilic, uno.
Un balance así en otro deporte llevaría quizás el público a decir que la competición es aburrida. La joven generación de Thiem o Zverev fue pronto eliminada de este Wimbledon y no promete competencia. La final era, además de una disputa por el trofeo, una pugna por el orden del registro histórico de mejores jugadores. Confirmó al ganador como el gran tenista del presente y de los próximos años, si mantiene su nivel actual.
Se conoce a los personajes y la historia, y el inicio del partido sirvió para confirmar que el suizo liftaba a menudo las bolas por debajo con su revés para forzar a su rival a restar pelotas bajas de revés en su esquina, para admirar el esfuerzo del serbio para restar y su paciencia para mover al veterano y forzarle a encontrar respuesta a toda su variedad de golpes.
La igualdad de sus estadÍsticas históricas sobre las diversas facetas del juego -puntos con el primer servicio, aces, restos...- se reflejaba en el juego y en el marcador. Con 6-6, Djokovic obtuvo la primera ventaja de dos puntos, y el suizo cometió errores. Tras pasar magníficamente a su rival para el 3-4, tuvo una bola franca cerca de la red, con el serbio en una esquina, y la tiró fuera, larga, al estilo de la Serena Williams más ruda.
Djokovic ganó el set y perdió los cuatro primeros juegos del segundo, en lo que pareció un episodio de descompresión tras la extrema tensión del primer set. El suizo no podia permitírselo y señoreó el set como si jugase con un rival menor, hasta que el serbio ofreció una más convincente resistencia en los puntos postreros.
Se recuperó la concentración y el equilibrio en el tercer set, con los dos rivales manteniendo sus servicios. La presunción latente era que un partido extenso perjudicaría al suizo, a punto de cumplir 38 años. Pasaban exactamente dos horas cuando Federer tuvo la oportunidad de romper, con 4-5 y 30-40, tras una cortada gloriosa a bote pronto de un revés cruzado del serbio; que salvó el juego con sus servicios.
20 títulos de Grand Slam acumula Federer (8 Wimbledon, 6 Australia, 1 Roland Garros, 5 EEUU)
18 títulos tiene Rafael Nadal (12 Roland Garros, 3 EEUU, 2 Wimbledon y 1 Australia)
16 trofeos ha levantado Djokovic (7 Australia, 5 Wimbledon, 3 EEUU y 1 Roland Garros)
Según Kyrgios, sabio y antipático, la ambición de gustar obsesiona a Djokovic, que ahora oía vítores si tiraba a la red un revés y daba ventaja a su rival. Llegó el momento de la decepción de la grada con el 6-6 y dos golpes de revés de Federer con el aro, otro sencillo a la red y una cortada de revés fuera de la línea, dando el 7-6 y la ominosa ventaja al número uno del mundo.
La parcialidad del público se agravó en el cuarto set con el rugido por una decisión del ojo del halcón que daba a Federer ventaja, 15-40, con 2-2 y sirviendo Djokovic, que rindió el siguiente punto. Qué importa ganar fortunas y trofeos si no eres querido. El serbio entregó todo hasta el 2-5 y, con 30-40, el enorme rugido de la grada celebró que Federer salvara el punto de ruptura.
Federer había ganado el cuarto set y el desenlace de este nuevo episodio de la larga saga de resolvería en el quinto, con el nuevo límite del desempate tras una igualdad a doce juegos. Duques, actores, el patrón de Amazon, Jeff Bezos, aplaudían contentos al rey legítimo de la pista central de Wimbledon. El de Cambridge, futuro rey, se tocaba el nudo de la corbata o estallaba en aplausos por cada punto peliagudo de Federer.
La gente de 'Nole' se ponía en pie -en el palco real, dos o tres, en el grupo de familiares, entrenadores y amigos, aqui o allá en la grada- durante el tobogán de un quinto set con ventajas, puntos de ruptura, errores inusuales, un juego tras otro juego, cansancio, abucheos a Djokovic por disputar una decision del árbitro.
El desenlace puso fin a otro 'mejor partido de la historia', decidido en el nuevo desempate tras el 12-12, como si hubiese sido planeado desde el primer día su estreno de gala. Se conocían personalidades y tácticas pero el público no cesa de admirarse. El sonido grave y seco de la nueva raqueta de Federer acentuando la exactitud de esos golpes simplemente limpios y mortales. La flexibilidad inverosímil, circense, de Djokovic para llegar a bolas que parecen imposibles, y la derecha fuerte y liftada o la cortada sutil en el acto siguiente.
El público la ha visto 48 veces, 17 en finales de Grand Slam, pero es una gran película. Puede comenzar con imágenes y palabras que parecen repetidas, pero acaba siempre con la audiencia comiéndose las uñas.
Novak Djokovic reconoció que lo más duro del encuentro frente a Roger Federer fue el desgaste psicológico, el trabajo que tuvo que hacer para que su cabeza no se rindiera. «Este partido ha sido de diferente nivel desde el punto de vista de la exigencia mental. He tenido otros partidos con mayor exigencia física, como con Rafa en el Abierto de Australia, pero mentalmente no había vivido ninguno como este. Ha tenido de todo, creo que me he mantenido calmado para jugar bien en los puntos decisivos». El ganador afirmó que se dio cuenta del enorme apoyo del público a su rival: «Claro que era consciente de una atmósfera eléctrica, particularmente en momentos decisivos. Estamos igualados y el público se mete en el partido de un lado, te da energía. Me preparo para responder de distintas maneras. A veces intentas ignorarlo, y en otras transformarlo. Cuando la gente canta 'Roger, Roger', yo escucho Novak, en serio».
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