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D. Meabe
Martes, 9 de julio 2024, 11:12
Novak Djokovic estalló el lunes contra el público que presenció su victoria en Wimbledon ante el danés Holguer Rune, al entender como un menosprecio a su persona los gritos de los espectadores a favor de su rival. «A todos los que decidieron faltarle el respeto a un tenista, en este caso a mí, que tengan una buena noche», inició Novak en su intervención pública nada más acabar el encuentro. «Sé que estaban animando a Rune, pero era sólo una excusa para abuchearme a mí también. No lo acepto. Llevo más de 20 años en el circuito. Conozco todos los trucos. He jugado en ambientes mucho más hostiles, créeme. No lograrán afectarme», dijo.
Posteriormente, en la rueda de prensa habitual asumió con resignación lo ocurrido y lamentó que pocas medidas se pueden adoptar para que no vuelva a ocurrir. «No sé lo que Wimbledon puede hacer sobre esto. La gente ha pagado las entradas. Tienen su derecho a estar ahí y a apoyar lo que quieran. El juez de silla puede tomar parte en determinados momentos y tranquilizarlos, pero no hay mucho más que se pueda hacer. No vas a echar a una parte de la grada. Es lo que hay, es parte del deporte. Es una de las razones por las que estamos aquí y por las que se nos reconoce en todo el mundo, es por los aficionados, por el interés que ponen en ver los partidos, en pagar las entradas y en hacer cola por nosotros. Respeto eso». «Es aceptable que apoyen a quien quieran, pero si cruzan la línea, respondo», agregó Djokovic.
Su rival, el danés Rune, explicó que no se trataba de un menosprecio de Djokovic, sino que es una forma de animarle: « «El público gritaba mi nombre y sonaba como 'boo'. Después jugamos varias veces, pero en Italia y Francia, donde pronuncian mi nombre de forma distinta y ahora estamos en Inglaterra. Quizás si no lo sabías puede sonar como 'boo', pero si te sabes la historia sabes que es mi nombre», zanjó.
Novak Djokovic está lejos todavía de maravillar sobre la hierba de esta edición de Wimbledon, pero su todavía precaria condición física, lastrada por la operación en el menisco de la rodilla derecha a la que se sometió hace un mes en París, le da de sobra para alcanzar los octavos de final sobre la prestigiosa hierba londinense.
Con ciertas dosis de sufrimiento, pues se vio obligado a remontar un set, el primero, que cedió ante Alexei Popyrin, el serbio mantiene intacto el objetivo de estrenar su palmarés en 2024 a lo grande, con esa octava corona en Wimbledon que le ponga a la altura de Roger Federer en lo más alto del palmarés del torneo con más tradición del circuito.
Superó al australiano por 4-6, 6-3, 6-4 y 7-6 (3) y alcanzó así, empleándose de lo lindo en algo más de tres horas en pista, los octavos en Wimbledon por decimosexta vez en su carrera, un registro con el que iguala al legendario Jimmy Connors, solo por detrás de las 18 presencias de Federer, cómo no. Ahora le espera Holger Rune, capaz de levantar dos sets de desventaja ante Quentin Halys en un agónico duelo resuelto por 1-6, 6-7 (4), 6-2, 7-6 (4) y 6-1.
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