![Ben Shelton, la nueva esperanza del tenis americano](https://s3.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/2023/09/06/shelton-kNz-U21092517252hFB-1200x840@El%20Correo.jpg)
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Hace dos años, cuando todavía no era profesional, aparecía en el ranking como el 802 del mundo. La temporada pasada finalizó en el puesto 165. Entró en el Open de Estados Unidos siendo el 47. Después de su victoria sobre Frances Tiafoe y el consiguiente ... pase a las semifinales del torneo, se ha asegurado figurar el lunes como el 19 del mundo. Tan brillante trayectoria es propiedad de Benjamin Shelton, 20 años y con uno de profesional.
La cara juvenil y sonriente que ha puesto a soñar al tenis americano con el nacimiento de una estrella que hacía tiempo no aparecía en su firmamento. BenShelton (09-10-2002) se ha convertido en el tenista americano más joven en llegar a unas semifinales del Grand Slam que se disputa en Nueva York.
La última vez que el tenis estadounidense vio a un joven llegar tan lejos en las pistas de Flushing Meadows fue a Michael Chang, en 1992. Shelton no tiene ningún parecido con Chang, está más próximo de ser un revolucionario de este deporte como lo fue Andre Agassi.
Hoy, Ben Shelton, de Atlanta, hijo de tenista que hoy es su entrenador, zurdo de 1,93 metros de altura, con un saque que ha superado los 240 km/h, es la nueva esperanza del tenis estadounidense, que hace 20 años que no sabe lo qué es una victoria en su torneo de uno de los suyos.
El último fue Andy Roddick, que venció en la final a Juan Carlos Ferrero, hoy casualmente preparador del defensor del título y líder de las nuevas generaciones del tenis, Carlos Alcaraz.
Para lograr semejante hazaña, Shelton primero tendrá que vencer a Novak Djokovic, que está en su semifinal número 47. Será un capítulo más de la nueva serie del tenis entre los viejos rockeros y los jóvenes veinteañeros que aspiran a poner punto y final al monopolio ejercido durante los últimos años por Djokovic, Nadal y Federer.
Ben Shelton fundamenta el poder de su juego en un servicio potente. No es un tenista al que le guste dialogar en la pista. Su padre, Bryan, que llegó a ser 55 del mundo en 1992 y solo tiene dos títulos en su carrera, sostiene que haber practicado el fútbol americano le ha dotado de un saque especial. Ben Shelton luce la mentalidad de un tirador. Cada golpe pretende ser un disparo certero, indefendible para el rival, sin opción para el adversario. Abre ángulos desde el fondo de la pista. Su golpe de zurda es así. Matadora.
Esa finalidad es propia de su juventud. Se siente a gusto y especialmente seguro. Sabe que está en racha y parece disfrutar en la pista, pero no tanto como lo hace Alcaraz, al que el espectador agradece que sorprenda con dejadas o con subidas inesperadas. Ese es un partido por el que muchos aficionados pagarían por ver. A principios de agosto ya sucedió, en Canadá, y el triunfo fue para el español por 6-3 y 7-6 (3).
Antes, Shelton tendrá que superar a Djokovic y Alcaraz a Alexander Zverev. Sobre el papel parece difícil que el joven estadounidense que juega su primerasemifinal de un grande pueda con la experiencia del siete veces número uno del mundo como Djokovic, que lleva de profesional los mismos años de vida que tiene Shelton, que a sus 36 años ha ganado esta temporada cuatro títulos, que disputa su semifinal número 13 en Nueva York, esel histórico campeón de más Grand Slam (23) entre ellos 3 Open de Estados Unidos.
El joven Shelton, que salió a jugar fuera de su país por primera vez este año, y tuvo un estreno brillante en el Open de Australia donde alcanzó los cuartos de final, tiene ante sí una batalla gigantesca. Cada partido para él está siendo un examen más. Derrotar esta jueves a Djokovic es un desafío que solo podrá conseguir si tiene más paciencia que el serbio. En cuartos de final ante Tiafoe (6-2, 3-6, 7-6 (7) y 6-2), estuvo inseguro en el tie-break donde su saque no fue tan efectivo y contundente, y con 6-4 dos bolas de set a su favor cometió dos doble faltas, concedió un punto de set que el décimo cabeza de serie desaprovechó. «A veces hay que apagar el cerebro, cerrar los ojos y simplemente hacer swing». Así explicó ese último punto en el que tomó ventaja en el marcador con un resto a una esquina. «En este partido he sentido que lo he dejado todo aquí», añadió.
«Mantente hambriento» es uno de los gritos de apoyo que suele lanzar su padre. No perder el hambre de victoria será su reto ante Djokovic.
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