Alcaraz firma su primer recital en el US Open

Los golpes geniales del murciano levantaron a la grada ante un público que ya lo ha adoptado como uno de los suyos. Pero, sobre todo, sorprendió por su capacidad de escapar de las emboscadas que trató de tenderle Harris, sobre todo con su único quiebre en el tercer set. «Ganar en sets corridos es muy importante para mí en las primeras rondas», se felicitó Alcaraz al término del partido.

Y es que, a sus 20 años, el español aspira a ser el primer campeón en revalidar trofeo desde Roger Federer en 2008. «Sería increíble poder compartir ese logro con Federer, vamos a intentarlo», reconoció en la conferencia de prensa.

Su gran rival para esa gesta es Novak Djokovic, ya asentado también en la tercera ronda y con un recorrido teóricamente más asequible por la caída de figuras de su cuadro como Holger Rune o Casper Rudd, finalista del año pasado. En menos de dos meses Alcaraz venció a Djokovic en la final de Wimbledon y cayó en la del Masters 1000 de Cincinnati. Ahora su deseo es repetir la pelea por el US Open ante el serbio. «Tanto para los fans del tenis como para mí también, ojalá jugar una final aquí contra él», subrayó.

En el cierre de la jornada, Daniil Medvedev derrotó al australiano Christopher O'Connell en un duelo que se prolongó hasta poco después de la una de la madrugada en medio de discusiones del ruso con el público. A Medvedev, campeón de este Grand Slam en 2021, se le complicó el choque con el número 69 de la ATP que parecía tener completamente bajo control.

Tras embolsarse con facilidad los dos primeros sets, el tenista de Moscú desperdició dos pelotas de partido en el «tiebreak» del tercero ante un crecido O'Connell, que alargó el partido hasta pasada la medianoche. De vuelta a la pista, el ruso se desquició con el comportamiento de varios espectadores, a los que recriminó que no guardaran silencio cuando servía. «¿Se pueden callar? ¿Son estúpidos o qué?», espetó Medvedev a un par de aficionadas que tomaban asientos con cervezas en la mano.

El ruso acabó resolviendo el choque por 6-2, 6-2, 6-7 (6/8) y 6-2 y citándose en la tercera ronda con Sebastián Báez, último representante argentino en liza. Otro de los candidatos, el italiano Jannik Sinner, se deshizo de su compatriota y amigo Lorenzo Sonego por 6-4, 6-2 y 6-4.

La jornada del jueves fue desafortunada para algunos de los más temibles cañoneros del circuito. John Isner, el más prolífico de todos ellos, encajó una amarga eliminación en el último partido de una de las mejores carreras estadounidenses de este siglo. El gigante de Carolina del Norte, poseedor del récord de «aces» en la ATP (14.450), desperdició dos sets a favor y una pelota de partido hasta caer en el «super tiebreak» ante su compatriota Michael Mmoh.

Superado por la emoción, este bombardero de 2,08 metros de altura se cubrió las lágrimas bajo una toalla durante varios minutos. «Es duro», dijo Isner con la voz entrecortada tras su derrota por 3-6, 4-6, 7-6 (7/3), 6-4 y 7-6 (10/7) tras casi cuatro hora. Pero «quería un US Open más, y pude conseguirlo».

En la rama femenina, la bielorrusa Aryna Sabalenka despachó por 6-3 y 6-2 y sigue poniendo presión a la polaca Iga Swiatek en su intento de desbancarla del número uno de la WTA. La tunecina Ons Jabeur, vigente subcampeona, tuvo que batallar de nuevo para asegurar su pase ante la checa Linda Noskova por 7-6 (9/7), 4-6 y 6-3.

Jabeur, con problemas físicos, ya había recurrido a sus reservas de energía el martes para superar a la colombiana Camila Osorio. «Llevo enferma desde el jueves (...) Soy una zombi por una gripe», explicó la quinta sembrada del torneo. «Estoy tomando muchos medicamentos y haciendo lo que puedo para intentar recuperarme».