El último golpe de Nadal todavía no ha llegado

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El manacorí, «mentalmente destrozado» tras despedirse de Australia lesionado

ANTONIO GARRIDO

«A veces puede parecer que se ha acabado, cuando las cosas no van como tú quieres y las probabilidades están en tú contra». Dice Nadal en el mismo anuncio que grabó como previa del primer Grand Slam del año. Y es verdad que parece estar harto de padecer tantas lesiones, de sentir que su cuerpo, al que ha sacado todo el jugo posible, ya esté lo suficientemente exprimido que no le dé para ganar más títulos en torneos a cinco sets y la ilusión de convertirse en el tenista que más grandes ha ganado. Pero Nadal nunca ha sido un conformista o un jugador resignado. Tampoco un deportista con mentalidad débil. Todo lo contrario. Se ha distinguido por ser un luchador nato, un optimista de nacimiento y, aunque en su exitosa carrera haya ganado 22 grandes –el que más- y un total de 92 títulos, todavía tiene hambre y la ilusión de seguir gozando del deporte de su vida.

Como un boxeador a punto de ser noqueado

Tras la derrota en la Rod Laver Arena de Melbourne, Nadal lo dejó claro. Dijo que se sentía como un boxeador, a punto de ser noqueado después de recibir tantos golpes, pero que de momento no renunciaba a nada. Lógicamente está cansado de las lesiones, que lo han obligado a retirarse en cinco ocasiones de los torneos de Grand Slam. Pero guarda más recuerdos positivos que negativos de las pistas que lo han llevado a estar entre los más grandes de la historia de este deporte. Y si tiene un objetivo principal en esta última fase de su carrera, no es el volver a ser número uno del mundo, no. Su objetivo es conquistar el próximo junio su decimoquinto Roland Garros. Él es el dueño de las superficies de tierra y si hay una pista en la que puede pensar en su retirada es en la de París. Hacia ese momento y lugar se enfocaran ahora las apuestas sobre su adiós. Allí cumplirá 37 años, allí conoce todos los rincones de la pista central, allí tiene un público que lo adora, es el protagonista principal y allí guarda sus películas más laureadas.

«No creo en los milagros, pero sí creo en que cuando nos movemos pasan las cosas más increíbles» es el final de su última publicidad. El último golpe de Nadal aún está por ver porque todavía tiene confianza en sus posibilidades, cree en él y mantiene los sueños de un deportista que lo ha ganado todo. No lo retiren todavía.