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Murray, el tenista de hierro con dos prótesis de metal en sus caderas

A sus 36 años, con dos operaciones de cadera, el tenista británico sigue adelante en Australia tras una épica victoria en un partido de casi seis horas

Dagoberto escorcia

Viernes, 20 de enero 2023, 15:15

Cuando el tenis intenta acostumbrarse a la vida sin Roger Federer y Serena Williams y quiere abrazar a los jóvenes talentos hay viejos rockeros que siguen enamorando a los aficionados. El Open de Australia, el primer Grand Slam del año, vio marchar en segunda ronda ... a otro de sus ídolos, Rafa Nadal, pero la noche siguiente presenció una de esas exhibiciones que acaban siendo calificadas de ejemplares, épicas, inolvidables y de las que el mundo habla sin parar. Andy Murray, 35 años, ex número uno del mundo, hoy 66 en el ranking, con dos operaciones de cadera, la peor que puede afrontar un tenista, con una prótesis de metal, ha resultado el gran héroe en los primeros días del torneo de Melbourne.

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La victoria de Murray en cinco sets sobre el australiano de origen griego Thanasi Kikkonakis, 26 años y 69 del mundo, está llena de historias que han alucinado hasta a los propios tenistas. Podría tener tantos titulares como juegos tuvo el encuentro. El partido duró la friolera de 5 horas y 45 minutos, el más largo disputado por Murray en su carrera. Cuando llevaba dos horas y 31 minutos en juego, el escocés de Glasgow lo tenía todo en contra: 4-6, 6-7 (4) y 0-2 con el saque de su rival. Ahí se produjo el punto del partido y que cargó de fuerzas y esperanza a Murray para hacer lo que luego hizo. Tenía punto de break para 1-2, y lo luchó como si fuera a dar su último golpe, él que en el 2019 quiso retirarse de las pistas por no aguantar el dolor en la espalda. Y entonces devolvió todos los derechazos esquinados de Kokkinakis, corrió como si le fuera la vida a tres smash y los devolvió como pudo, con globos desesperados, pero dañinos, que llevaron al australiano a maldecir su raqueta. Los smashs son como penaltis en el fútbol. Bien dados resultan imparables. Pero igual que en el Mundial de Qatar se descubrió un Dibu, en Melbourne, apareció Murray para lograr algo que ha merecido ser el punto del torneo.

Comienza otro partido

Ahí comenzó otro partido, que acabó 3 horas y 14 minutos más tarde. Total, 5h45. No era la primera vez que Andy Murray daba toda una lección de pundonor. Fue la undécima de su carrera y con la que acaba de superar el número de remontadas con dos sets en contra de Roger Federer, Boris Becker y Aaron Krickstein. Lo hizo una vez en Copa Davis, cuatro veces en el US Open, tres en Roland Garros y dos en Wimbledon, donde Fernando Verdasco fue una de sus víctimas.

No ha sido una casualidad. Andy Murray comparte protagonismo con Federer, Nadal y Novak Djokovic. Durante 41 semanas fue número uno, y estuvo ocho años entre los cuatro mejores jugadores del mundo. Tiene un título en el US Open y un Wimbledon en su vitrina para gozó de los británicos. Una Copa Davis, un oro en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro (2016), su mejor temporada sin duda, y un total de 41 títulos en torneos.

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La impresionante victoria lograda en Australia sobre Kokkinakis ha dado para que en las redes sociales lo llamaran 'Sir Andy', 'Prime Minister', 'The ultimate warrior', para que el US Open tuiteara 'My Goodness', y que Emilio Sánchez Vicario se mostrará orgulloso de haber contribuido a su desarrollo tenístico en su Academia de Barcelona, a la que llegó con 15 años, seis años después de haber vivido el terrible suceso que ocurrió en su centro de estudios, en Dunblane Primary School, y en el que un desequilibrado ex líder de un grupo de boy-scouts, llamado Thomas Hamilton mató a 16 alumnos y un profesor, y luego se suicidó. Él, Andy Murray, nunca ha querido hablar de ello. Solo ha dicho que no le afectó al ser tan joven. Es un superviviente de aquella tragedia, como su hermano Jamie, que también destaca en las pruebas de dobles.

Tras la última hazaña del tenista de hierro, su madre, Judy, que siempre le ha acompañado en las pistas, simplemente escribió: «¡No, no lo has hecho!». Totalmente increíble.

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