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La lucha por ver qué tenista se convertirá en el más laureado de todos los tiempos comienza su cuenta atrás. El lunes comienza el Abierto de Australia, el primer Grand Slam de la temporada, y como favorito parte Novak Djokovic. El serbio con diez títulos ... en su haber es el auténtico dueño de Melbourne. Nadal, con uno solo, intentará lo más difícil, vencer a Djokovic en su jardín. Su oportunidad será en semifinales. Allí se cruzarán los dos más laureados de la historia, con permiso de Federer, por un puesto en la final. Eso sucederá si ambos consiguen derrotar a sus anteriores rivales y si el Gobierno australiano no ejecuta una nueva cancelación del visado de Djokovic.
El ministro de Interior, Alex Hawke, no se cree la documentación aportada por el serbio e incide en la gravedad de los hechos reconocidos ayer por el propio jugador. Mintió en su llegada a Australia y se saltó el aislamiento a pesar de ser positivo. La decisión, según medios locales, es inminente. En las próximas horas, Hawke decidirá si deporta o no a Djokovic con las consecuencias que supondría para el Abierto de Australia.
El sorteo del primer grande del año se celebró con retraso y polémica. El cuadro se debía dar a conocer sobre las 4 de la madrugada hora española, pero ha sido pasadas las 6.30 cuando se han conocido los rivales de Djokovic, Nadal y el resto de representantes del tenis español. El serbio se enfrentará a su compatriota Miomir Kecmanovic, número 78 del mundo. Rafa Nadal, sexto cabeza de serie tras meses de ausencia del circuito por lesión, se enfrentará en primera ronda al estadounidense Marcos Giron.
El lunes, un juez revirtió la primera decisión de los agentes fronterizos y devolvió el visado al serbio. Y ahora, la pelota vuelve a estar sobre el tejado de Hawke. Además, el escándalo llega en medio de un fuerte repunte de la pandemia que llevó al gobierno australiano del estado de Victoria, donde se encuentra Melbourne, a limitar al 50% el aforo permitido durante la celebración del Grand Slam.
Novak Djokovic lo tiene complicado. En las últimas horas, el serbio admitió que hubo «errores humanos» en la tramitación del visado para viajar a Melbourne y disputar el Open de Australia. Aseguró que no sabía que estaba contagiado cuando acudió en Belgrado a varios actos públicos y asume su irresponsabilidad al conceder una entrevista al diario francés 'L'Equipe' cuando ya tenía en su poder un test PCR que confirmaba su infección con coronavirus. La asunción de esos errores retrasó la decisión del Gobierno australiano sobre si deporta o no al tenista serbio antes del comienzo del torneo, que arrancará el lunes. Mientras, el cerco sobre Dkojovic se estrecha. Hasta la primera ministra de Serbia, Ana Brnabic, cree que hay «una zona gris» en la versión del jugador.
Gris oscuro. Según Djokovic, dio positivo el 16 de diciembre. Un día después se le vio en un acto con niños y sin mascarilla. Así lo explica. «Era asintomático y me sentía bien y no recibí la notificación de mi test PCR positivo hasta después de ese evento».
También confiesa su error al conceder una sesión fotográfica y una entrevista al periódico deportivo 'L'Equipe' el 18 de diciembre, dos jornadas más tarde del supuesto test positivo y cuando ya sabía que estaba infectado. «Me sentí obligado a acudir a la entrevista para no dejar tirado al periodista. Al regresar a casa me aislé y reflexioné. Cometí un error de juicio y admito que tenía que haber pospuesto la cita», señaló.
Pero no disipa las dudas. Djokovic consiguió una exención médica para no vacunarse porque había pasado la enfermedad en diciembre. Un periodista del 'New York Times' y el diario alemán 'Der Spiegel' aseguran que el test PCR al que se sometió el tenista el pasado 16 de diciembre y en el que dio positivo tuvo en realidad un resultado negativo. En 'Der Spiegel' sostienen que la fecha real de esa prueba PCR fue el 26 de diciembre.
Hay más. En la documentación para entrar en Australia, Djokovic aseguró que no había viajado a ningún país durante las dos semanas anteriores. Pero estuvo en Marbella y Cádiz, preparándose para el Open australiano. El tenista, en su defensa, jura que fue un miembro de su equipo el que rellenó la «casilla incorrecta» sobre el viaje a España anterior al vuelo a Melbourne. «Mi agente se disculpa. Fue un error humano en ningún caso deliberado», justificó el tenista serbio.
Djokovic es el número uno y parte con ventaja en el cuadro, pero todo queda en suspenso. Sobre él se cierne la deportación. El ministro australiano de Inmigración, Alex Hawke, puede volver a retirarle el visado en las próximas horas si «representa un riesgo para la salud de la comunidad australiana».
Incluso en Serbia, donde es un ídolo, comienzan las críticas, incluidas las de la primera ministra, Ana Brnabic: «No sé cuándo recibió realmente los resultados, así que hay una zona gris. La única respuesta a esa pregunta la puede dar Novak». Teme que el tenista puede haber cometido «una clara violación» de las normas sanitarias de su país. «La ley es igual para todos», sentenció. «La vacunación es la única forma de acabar con esta pandemia», aconsejó ante la postura negacionista del jugador.
Rafa Nadal, cabeza de serie número seis, y Garbiñe Muguruza, número tres, han entrado esta madrugada en el sorteo de eliminatorias de este Open de Australia marcado por el 'caso Djokovic'. Con ellos están Medvedev, Tsitsipas y Zverev, junto a Paula Badosa y la gran favorita, Ashleigh Barty.
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