carlos nieto garcía
MADRID
Jueves, 6 de enero 2022, 09:36
Surrealista episodio el que está viviendo Novak Djokovic. El tenista serbio, que no está vacunado contra el covid, pero que alega haberlo pasado hace seis meses, podría ser expulsado de Australia, a donde viajó para participar en su famoso torneo de tenis, el primero del ... año. Tenía una exención médica, pero en el aeropuerto no le valió de nada y a punto ha estado de ser deportado de manera inmediata.
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Las autoridades han decido aplazar la decisión hasta el lunes tras un recurso del equipo legal del deportista, cuyo objetivo es que pueda disputar a partir del próximo día 17 el primer grande de la temporada. De momento, eencuentra en un hotel utilizado por el Gobierno como centro de detención para situaciones similares hasta que se tome la decisión. Nueve horas pasó retenido e incomunicado en el aeropuerto.
Djokovic anunció el martes que el Estado de Victoria le había otorgado la exención médica para jugar el Open de Australia. Sin embargo, nada más aterrizar ayer en Melbourne, las autoridades gubernamentales ordenaron que fuera retenido hasta que justificara dicha exención. «Si las pruebas son insuficientes, no se le tratará de forma diferente a los demás y estará en el primer avión de vuelta a casa», advirtió Scott Morrison, el primer ministro australiano.
Después de más de ocho horas retenido, el serbio recibió anoche una comunicación oficial en la que se le informaba de que se le denegaba el visado y sería deportado -el aplazamiento de su expulsión llegó horas más tarde-. «Djokovic no proporcionó pruebas adecuadas para cumplir con los requisitos de entrada a Australia y en consecuencia su visado ha sido cancelado», confirmaron las autoridades fronterizas en un comunicado. El serbio habría presentado como causa de exención el haber pasado el coronavirus en los últimos seis meses, una razón que en principio no figura en la lista de causas que permiten entrar al país sin vacuna.
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«La Fuerza Fronteriza Australiana continuará asegurándose de que todos aquellos que lleguen a nuestra frontera cumplan con nuestras leyes y con los requisitos de entrada», insiste un comunicado que responde a las críticas que había levantado el supuesto trato de favor al tenista, al que se iba a permitir entrar en el país sin demostrar que está vacunado contra el covid.
Procedente de Marbella, Djokovic había llegado a Melbourne tras tomar un avión en Dubai. Nada más aterrizar, fue conducido a las dependencias de Aduanas sin poder recoger su equipaje, después de que los oficiales de Fronteras del aeropuerto de Tullamarine comprobaran que la documentación del balcánico no estaba en regla, tal y como habían avanzado varios medios australianos en pleno vuelo. Su visado no se ajustaba a la exención médica que el Estado de Victoria le había concedido. Su sorpresa llegó cuando dicho estado rechazó intervenir, delegando la responsabilidad en el Gobierno central australiano, de distinto color político al de Victoria.
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Las autoridades oceánicas condujeron al serbio a una habitación, donde permaneció hasta su traslado al hotel de reclusión, custodiado por dos policías y sin poder hacer uso del móvil. Su situación se convirtió en cuestión de Estado. «Toda Serbia está con él y nuestras autoridades están estudiando todas las medidas para que este maltrato al mejor jugador de tenis del mundo acabe cuanto antes», advirtió el presidente serbio, Aleksandar Vucic, poco antes de que se anunciara la deportación de Djokovic, quien no podrá defender su título a menos que tengan éxito las gestiones de última hora de sus abogados.
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Uno de los grandes beneficiados de la expulsión de Djokovic sería Rafa Nadal. El tenista balear, está empatado a 20 Grand Slam con el serbio y con Federer. Australia, jardín de Djokovic, era el primer duelo de 2022 para definir quién será el tenista más laureado de todos los tiempos.
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Nadal que acaba de finalizar la cuarentena por su positivo, llegará al primer grande de la temporada solo, y con todo a favor para luchar por su segundo Open y vigésimoprimer grande. No será fácil pues la llamada 'next gen' -nueva generación- parece haber irrumpido en la cúspide del tenis. Los Medvedev, Zverev y Tsitsipas serán duros huesos de roer. Pero eso llegará más adelante, y si llega. Este jueves, los periodistas querían saber lo que opinaba el máximo rival de Djokovic sobre su la deportación del serbio. Nadal fue claro: «Si quisiera, estaría jugando sin problemas en Australia. (...) Él ha tomado sus propias decisiones y todo el mundo es libre de tomarlas, pero entonces hay consecuencias».
El balear defendió las medidas impuestas por el Gobierno australiano. «Es normal que la gente aquí se frustrara. Han pasado confinamientos muy duros, la gente no podía viajar de un estado a otro. (...) El mundo ha sufrido suficiente, hay que vacunarse». Para finalizar quiso mandar un mensaje a quienes aún no confían en las vacunas: «Lo único que puedo decir es que creo en lo que dice la gente que sabe de medicina, y si dicen que tenemos que vacunarnos, tenemos que vacunarnos».
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