Muguruza gesticula durante un encuentro. EFE

Garbiñe Muguruza hace un alto en el camino

Ante la sucesión de derrotas, la ex número uno del mundo dejará de competir para recuperar su nivel y estar a punto en los torneos de tierra

Domingo, 26 de febrero 2023, 02:09

Garbiñe Muguruza, 29 años, ex número uno del mundo, la mejor tenista española de los últimos tiempos, campeona en Roland Garros (2016) y en Wimbledon (2017), ha anunciado un alto en el camino y causará baja en los torneos de Abu Dhabi, Doha, Dubai y ... también en los más importantes de pista rápida en Estados Unidos (Indian Wells y Miami).

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En principio, su regreso se produciría en la temporada de tierra. No sufre una lesión que la obligue a detener su carrera, como ha sucedido en muchas ocasiones a Rafa Nadal y a otras jugadoras. No. Para porque no gana. Ha dicho que frena para recuperar el tenis que la llevó a la cumbre. Dice que quiere recuperar su mejor nivel y volver a sentirse competitiva. Pero especialmente para porque quiere dejar de contar derrotas en cada una de sus apariciones en la pista, cuando sabe que es una ganadora. Hace un stop para quitarse la etiqueta de vulnerable y frágil que la acompaña cuando descubre todos sus puntos débiles. Más mentales que tenísticos.

No es la primera vez que la tenista vasco-venezolana desconecta de una competición dura y exigente. Ya lo hizo en octubre de 2021 cuando estaba convocada para participar en la Billie Jean King Cup (exCopa Federación) con España. Entonces una lesión en un tobillo y la presión que estaba sufriendo la condujo a la renuncia.

Volvió con ganas y su 'resurrección' se produjo en diciembre del mismo año, en Guadalajara (México), donde se convirtió en la primera española en ganar el 'WTA Finals', torneo que disputan las ocho mejores del mundo. «Estoy muy feliz de haberme demostrado a mí misma que puedo ser la mejor. Siempre sentí que tenía el tenis, simplemente no estaba dando batalla. Tengo el tenis, solo tengo que demostrarlo», confesó tras este motivador triunfo con el que regresó.

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Dos años después de aquel éxito, Garbiñe vuelve a vivir un calvario en la pista. Cuando el 27 de diciembre pasado, a punto de comenzar la temporada en Australia, escribió en sus redes «nos ponemos en marcha», no sabía lo que le esperaba.

A la deriva

La tortura comenzó en Adelaida. Ya no estaba entre las diez primeras, ni tampoco entre las 50. Era la 55. Ganaba 6-0 y 5-2 a la canadiense Bianca Andreescu (46 del ranking). Incomprensiblemente perdió el set y el partido. Entró en un túnel sin salida. La infelicidad deportiva se adueñó de ella en los tres torneos que llegaron a continuación.

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A la semana siguiente perdió también en la primera ronda en el otro torneo de Adelaida con la rumana Belinda Bencic (16) en dos sets. Entró en el cuadro del Open de Australia, del que fue finalista en 2020, como la número 73 y cayó a la primera ante la belga Elise Mertens (32) después de ganar el primer set. Algo no marchaba bien.

Y el suplicio continuó hace unas semanas en Lyon, donde cedió en primera ronda ante la checa Linda Noskova, que venía de la fase previa. Garbiñe ya figuraba en el ranking como la número 82. Cuatro derrotas en cuatro partidos. Su última victoria sucedió en la cuarta semana de septiembre pasado ante la griega Despina Papamichail, una 'qualy' clasificada como la 213 del mundo, en la segunda ronda del torneo de Tokio.

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Ante semejantes resultados no es extraño que Garbiñe haya decidido hacer un alto. A una jugadora como ella lo que menos debe importarle en estos momentos es que mañana aparezca en el puesto 126 del mundo, fuera de las 100 primeras del ranking, hecho que no sucedía desde enero de 2013.

Ganadora de diez torneos, entre ellos dos Grand Slams, que ya fue número 1 en su mejor año (2017), solo tiene que estar interesada en volver a encontrar el maravilloso juego con el que tocó el cielo, volver a creer en sí misma, recuperar la confianza en sus golpes, demostrar a los que ya hace tiempo la enterraron, que todavía puede vivir una segunda «resurrección».

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«Ella es perfeccionista e inconformista», comentó en estas páginas su entrenadora, Conchita Martínez. El tenis español espera la pronta recuperación de una jugadora capaz de llegar a la cima y también de desaparecer como hace ahora.

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