Tenista

Ander Huélamo: «Quiero ser alguien en el mundo del tenis y voy a por ello»

Espigado y con poco peso, recuerda a la silueta inolvidable del tenista checo Ivan Lindl, referencia mundial en los años 80 y 90. «Como como una lima, pero no cojo peso. Estoy trabajando en el gimnasio, porque el físico tengo que mejorarlo», reconoce. Desde el mes de agosto se ejercita en Alicante, en el club Montemar, una apuesta personal y familiar por mejorar y dar más pasos en el ranking y en la presencia de torneos de relevancia. «Estoy contento. Quiero ser alguien en el tenis y voy a por ello. En Euskadi tengo un buen nivel pero cuando sales de aquí, te das cuenta de lo preparados que están los rivales, física, táctica y mentalmente. Era el momento de dar este paso», apunta.

Su día a día tiene el tenis como un todo, salpicado de momentos para el estudio ya que cursa Primero de Bachiller. «Era la condición, que compatibilizara estudios y tenis. Pero es cierto que es complicado. En este club entreno seis horas al día y ya tenemos programados diferentes torneos y viajes, algunos ITF para ir sumando puntos para el ránking. Todo es un proceso», asume. Ahora reside en Benidorm con una familia de acogida y aprovecha para estudiar el trayecto de una hora en tren que hace todos los días hasta Alicante. El sacrificio es grande pero sabe todo lo que hay en juego y la inversión económica que supone por parte del núcleo familiar. «Ahora mismo son ellos quienes me respaldan en todo económicamente. Ojalá llegue un día en que empiecen a llegar patrocinadores, poder ir mejorando mi ranking y acceder a torneos con dotación económica que ayuden. Ahora es una inversión», reflexiona con madurez.

Quienes han seguido la trayectoria de Huélamo hablan de un chico trabajador y con buenas dotes tenísticas, entre ellas, una derecha ganadora. Eso sí, todo es mejorables. «Su mejor golpe es un drive con el que le corre mucho la bola porque le pega con potencia. Además, es entregado, sacrificado y trabajador con un gen competitivo que le hace ganar partidos», apunta Madariaga, director deportivo de la Peña Vitoriana y quien mejor conoce a su discípulo. Ese gusto por competir le viene de serie.

Su padre es Patxi Huélamo, ex ciclista que militó como amateur en el KAS, fue campeón de Álava y ha sido uno de los impulsores de la carrera tenística de su hijo, aunque fue el primogénito Nabil, dos años mayor, el que comenzó a pisar las pistas de tenis mostrando ya cualidades. Esa puerta entreabierta fue clave para Ander. «Sí, fue mi ejemplo y, por eso, me decanté más por el tenis que por el fútbol. Ahora sé que fue una buena decisión», afirma con una sonrisa. Le avalan los títulos provinciales y vascos en categoría cadete y junior, el torneo Warriors U16 que ganó en Valencia, además de ser subcampeón en Sevilla en 2023. «Fue una sorpresa, pero me siento muy orgulloso», rememora.

Su tenista contemporáneo es Carlos Alcaraz, con el que siente idetificado en su juego. «Es remador, como yo». Su torneo fetiche, Roland Garros. «Sobre todo por la leyenda que ha escrito Rafa Nadal. Es el que más rema, el que más corre y el que tiene la cabeza más fría. Nunca ha roto una raqueta. Yo ya llevo cinco. Son 'calentadas'. Tengo que mejorar esos impulsos. Ahora la que rompa, la pago yo», confiesa.

En edad junior, actualmente, ocupa el puesto 180 en el ranking español. No es lo más importante porque todo necesita un proceso. Le quedan dos años para ser ya senior. Es el plazo que contempla en esta apuesta tan personal. «Lo que tengo que hacer es mejorar. Siento que tengo más tenis dentro», desvela. En «esta aventura», tiene por delante citas internacionales como torneos ITF de diferente rango, el campeonato de España y Euskadi. Sueña con estar en el 120 del top mundial, lo que significaría «entrar en qualys de los Grand Slam junior», explica. Solo el tiempo dirá hasta qué frontera del exigente mundo del tenis logrará llegar Ander Huélamo.