Felicidad. Carlos Alcaraz se lleva las manos a la cabeza tras derrotar a Nadal en Madrid. efe

Alcaraz traspasa su gran frontera

El tenista murciano, espectacular, gana por primera vez a Rafa Nadal y se mide esta sábado a Djokovic en una semifinal del Open de Madrid

Viernes, 6 de mayo 2022, 22:49

El proceso de sucesión de Rafael Nadal por parte de Carlos Alcaraz en el trono del tenis español, y quién sabe si mundial, no va a ser rápido. A un rey legendario no se le destrona de un día para otro, por sorpresa, con una ... simple intriga palaciega en favor de un joven príncipe muy prometedor. Hace falta tiempo, ir paso a paso, cumpliendo etapas y un cierto protocolo. Pues bien, Alcaraz dio ayer ese primer paso obligado. Ganó por primera vez a su ídolo, al hombre cuyas hazañas ha vivido como propias desde que era un niño de El Palmar que soñaba con ser tenista. El escenario fueron los cuartos de final del Open de Madrid y el resultado, 2-6, 6-1 y 3-6. Dos datos para la historia.

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El triunfo del murciano, que se enfrentará este sábado en semifinales a Nole Djokovic, fue espectacular. Es cierto que Nadal todavía está en proceso de rodaje, falto de ritmo y de las mejores vibraciones, y que venía de sufrir un calvario ante Goffin el día anterior, pero aún así no tiene ningún sentido desmerecer el triunfo del pupilo de Juan Carlos Ferrero. Es más, tras lo visto ayer en la Caja Mágica, quedó en el aire la impresión de que Alcaraz no va a ser nunca un rival más para Nadal. Mientras en el primer y tercer set sufría los golpes explosivos del murciano, comprobaba su mentalidad luchadora, su movilidad en la pista y su corazón de hielo en los puntos clave, era inevitable imaginar que, al otro lado de la pista, el campeón de Manacor se estaba viendo a sí mismo hace quince años, cuando empezaba a comerse el mundo, cuando era un volcán y no conocía el significado de la palabra achaque.

Superioridad

Alcaraz acabó apabullando al tenista balear como muy pocas veces lo ha hecho un tenista español

Ahora, a punto de cumplir 36 años, Nadal sigue siendo el rey y sabe bien que su sucesión está cerca, pero también sabe que todavía va a seguir dando guerra y ganando batallas. Roland Garros es su objetivo. Pese a la derrota, el balear ha hecho una lectura muy positiva de su regreso a las pistas tras su lesión. Lógico. Se siente cada vez mejor y observa el calendario con optimismo. Todavía le quedan unos partidos en Roma antes de llegar a Roland Garros, el jardín de su casa. Allí, al mejor de cinco sets y sin la altitud de Madrid, la historia quizá se escriba de otra manera a la de ayer tarde, un día duro para él porque Alcaraz le acabó apabullando como muy pocas veces -si es que ha sucedido alguna vez- lo ha hecho un tenista español. Nadal, de hecho, no perdía con un compatriota desde que en 2016 lo hizo ante Verdasco en el Open de Australia.

El partido arrancó con una presentación de credenciales de Alcaraz, que salió a degüello y culminó el break con uno de sus derechazos planos que tanto están impresionando en el circuito. Tsitsipas, de hecho, llegó a decir que no había visto nunca una pelota con tanta violencia, lo cual no deja de ser asombroso teniendo en cuenta la nómina de cañoneros que ha dado el tenis. Nadal respondió como él suele hacerlo y le devolvió la rotura de servicio. Sin inmutarse por el contratiempo, el pupilo de Juan Carlos Ferrero volvió a sumar un segundo break dejando en la cancha una clara impresión de superioridad que se prolongó hasta el 6-2 final.

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Espíritu ganador

Era inevitable imaginar que al otro lado de la pista Nadal se estaba viendo a sí mismo hace quince años

El partido parecía que iba a decantarse muy rápido como consecuencia de la frescura y el poderío de Alcaraz, ya fuese con su derecha, con su revés o con esas dejadas que empieza a patentar como arma de destrucción masiva. Sin embargo, un contratiempo iba a cambiar el rumbo del duelo. Con 2-1 a favor de Nadal, que se agarraba al partido, el murciano se cayó en mala postura. Tuvo que ser tratado por el fisioterapeuta, que le puso un vendaje de compresión en el tobillo derecho. Cuando volvió a la cancha, era otro. Tenía dudas sobre su estado y eso ante el de Manacor es letal. Cuando se vio 4-1 abajo, Alcaraz se dejó ir pensando sólo en el tercer set.

Defensa extraordinaria

Tras el 6-1, no era fácil saber qué dirección tomaría este duelo que concitó el interés del público español como si fuera una ceremonia histórica. Tenía algo de bautismo, de investidura, de ensayo de una próxima coronación... Las dudas se empezaron a disipar en el tercer juego, con 1-1 en el marcador. Nadal se mostró indeciso y Alcaraz, apoyado en una defensa extraordinaria, la que tantas veces vio a su rival, acabó rompiéndole el servicio.

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A partir de ahí, ya no hubo color. Con 19 años recién cumplidos, el joven murciano se mostró implacable. Estaba muy cerca de traspasar su gran frontera personal y a otro quizá le hubiera temblado el pulso. A él no. Hasta eso parece haber aprendido del gigante que ayer tenía enfrente.

Carlos Alcaraz | Número 7 del mundo

«Rafa es mi ídolo, y me gusta verlo para seguir aprendiendo»

Rafa Nadal felicita a Carlos Alcaraz al finalizar el partido. efe

Carlos Alcaraz sabía que ayer era el día que podía sorprender a Rafa Nadal. No sólo por su enorme nivel con tan solo 19 años recién cumplidos, sino porque el mito del tenis mundial no estaba en plenitud de condiciones físicas. «Es un día muy importante, ha sido muy emocionante. Rafa es mi ídolo y me gusta verlo», dijo entre los aplausos del público de la Caja Mágina, que despidió de la pista con una gran ovación a Nadal.

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El día antes, el murciano aseguró que «para ser el mejor hay que ganar al mejor o a los mejores y creo que estoy preparado para ese reto».

Alcaraz se midió por primera vez con Nadal hace un año en estas mismas pistas de las Caja Mágica. «Ese partido me ayudó a ver lo lejos que estaba. Recuerdo salir muy nervioso, no saber controlarme y eso me pasó factura. Ahora soy un jugador diferente, capaz de manejar las emociones», dijo horas antes del duelo. Y así es.

Rafa Nadal | Número 3 del mundo

«Si el relevo es a partir de hoy lo veremos con los meses»

Rafa Nadal aceptó con deportividad la derrota ante Alcaraz, pero puso en cuestión si el partido supone un relevo generacional inmediato. «Relevo lo es. Si lo es a partir de hoy o no, no lo sé, lo veremos con los meses», declaró Nadal, que felicitó a su rival porque «ha estado mejor que yo en varias facetas del juego. Es una derrota fácil de digerir, sabíamos a lo que veníamos aquí y hay que felicitar a Carlos, está jugando bien y le deseo lo mejor».

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En cuanto a su estado físico aportó buenas noticias. «Estoy bien, no he tenido ningún problema. Tengo que mejorar la capacidad de reacción, la velocidad, el dinamismo, tener la lectura y que las piernas me acompañen... Han sido pocos días entrenando en tierra», aceptó Nadal, quien valoró positivamente que «he pasado muchas horas en pista y ya mirando hacia delante con optimismo e ilusión. Para que las cosas salgan bien, uno tiene que creer».

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