Zabaleta: Llamado a marcar una época

Su curriculum ha crecido de forma importante durante las últimas temporadas. Este domingo sumó su quinta txapela del Parejas en las seis finales que ha jugado y se convierte en el primer pelotari en la historia en contar con semejantes registros. Iguala a Antxon Maiz, Julián Retegui y Juan Martínez de Irujo pero ellos necesitaron un choque cumbre más para alcanzar este número de títulos. José Javier Zabaleta ha entrado en la historia de la pelota.

Por si esto fuera poco, ha recogido su cosecha con otros tantos delanteros diferentes en sus trece temporadas como profesional. Lejos queda ya aquel primer triunfo con Juan Martínez de Irujo en el frontón Bizkaia en 2013 cuando el de Ibero era el que llevaba los galones, en un encuentro de triste recuerdo por la rotura del tendón de Aquiles de Pablo Berasaluze. Ahora los lleva él.

Necesitó cinco años para volver a conseguir la segunda con Ezkurdia, y uno más tarde sufrió la única derrota hasta el momento junto a Irribarria. Los dos mayores pegadores del momento no cuajaron aquella tarde. Consiguió resarcirse junto a Elezkano II en 2021 y el año pasado junto a Elordi conquistó la cuarta. Esta vez ha sido con Peio Etxeberria tirando del prestigio que se ha ganado y que ratifica su estatus como el mejor zaguero profesional en la actualidad.

Y ha sido precisamente en las últimas temporadas donde el guardaespaldas de Etxarren ha pulido su juego para ser el más completo. Tras encontrar un preparador físico en el que confía plenamente que le ha permitido mejorar su físico para cubrir más cancha y terminar más entero los encuentros. El trabajo en el frontón con Jokin Etxaniz para que su zurda ganara en consistencia ha hecho el resto. Todas esas mejoras también han tenido bastante repercusión en su confianza y le han permitido ser un zaguero mucho más estable sobre la cancha.

A sus 33 años cumplidos a principios de mes, Zabaleta atraviesa por su mejor momento. Además de ser el pegador que sigue asombrando a los aficionados porque su golpe no pierde fuerza, también ha sabido adaptarse y contribuir a que los más jóvenes comiencen a asomar la cabeza. Todo en el torneo más complicado de gestionar por sus cuatro meses de duración y el único escaparate para los zagueros.

El navarro tiene otra asignatura pendientes como el Manomanista, pero la exigencia de un apretado calendario hace que carezca de tiempo para prepararlo. Aunque cuando ha podido hacerlo se ha visto capaz de tutear a los especialistas en una modalidad en la que cada vez prima más el juego de aire, sería un buen candidato para discutir el dominio que ejercen los delanteros desde hace tiempo. Ahora le tocará descansar para preparar el verano. Con los deberes hechos y la conciencia tranquila, después de ratificar que es el amo en los cuadros largos.

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