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Elordi y Oier Etxebarria se subieron a lo más alto del podio y celebraron con los suyos la txapela del Parejas de promoción. jesús caso
La txapela de la constancia

La txapela de la constancia

Los vizcaínos Elordi y Oier Etxebarria vencen el Parejas de promoción a Agirre y Salaverri en un duelo duro y sin dueño que supieron sujetar

juan pablo martín

Sábado, 30 de marzo 2019, 23:26

Bizkaia ya tiene nuevos campeones del Parejas de promoción. Ha hecho falta esperar diez años para que una combinación del territorio vuelva a alcanzar la gloria, pero Elordi y Oier Etxebarria no fallaron en la primera oportunidad que tuvieron. A pesar de contar con poca experiencia en este tipo de encuentros, tiraron de casta frente a Agirre y Salaverri y pudieron levantar los brazos en un frontón Labrit abarrotado. Supieron sufrir y leer un partido muy duro y sin dueño, que consiguieron romper en el momento justo. Con este triunfo, Aspe se llevará los dos entorchados que había en juego en esta competición.

Los vizcaínos completaron de esta forma un torneo redondo. Elordi puso el colofón a un momento brillante que le ha costado algún tiempo encontrar, mientras que su compañero ha alcanzado el máximo galardón posible con tan sólo diez encuentros disputados. No se puede pedir más de momento. La compenetración que han exhibido a lo largo de todo el campeonato volvió a ser clave para aguantar dentro del choque y sujetarlo. Las ayudas de uno y otro resultaron fundamentales ante una combinación rival que dominó durante muchas fases de la contienda. Sin embargo, la férrea defensa de los azules tuvo su premio por la paciencia mostrada.

El delantero de Mallabia tuvo que emplearse a fondo. Con su mayor brillo en el golpe consiguió que el navarro no estuviera cómodo y le sacó de su sitio. Se sacrificó aunque tuviera menos posibilidades para el remate. Oier Etxebarria llevaba tres semanas sin jugar un encuentro y lo acusó. Suspendió el último partido de las semifinales por tener la derecha algo tocada, y ayer le costó mostrar el golpe largo que atesora con ella. Pero fue bastante más regular que el guardaespaldas riojano y eso vale mucho.

Marcador ajustado

Agirre era el que más experiencia tenía en este tipo de compromisos, pero ayer no consiguió sacar el partido necesario al dominio ejercido por su zaguero en diferentes fases de la contienda. Aunque fue el más efectivo en el remate, también perdió pelotas cuando asumió riesgos. Salaverri hizo daño con la derecha, pero cometió varios errores al final del encuentro que resultaron decisivos.

El delantero de Mallabia se vació en partido.

Los vizcaínos gestionaron mejor todos los aspectos. Trabajaron a destajo y consiguieron agarrarse desde los primeros compases. Elordi buscó enredar con el saque y lo varió a lo largo de la contienda, primero al ancho y luego bien cruzado a pared, y obtuvo sus réditos. Dejó mucha pelota servida a su compañero en lugar de buscar un remate precipitado y todo fue más llevadero.

El choque cumplió el guion previsto en un inicio con dos parejas de similares características. Bien en defensa, los azules consiguieron abrir un pequeño hueco en los instantes iniciales (3-6), que les permitió asentarse. Los colorados, sin embargo, también mostraron batalla, todo se endureció, y la diferencia se recortó. Los dígitos volvieron a coincidir en el luminoso en los tantos ocho y nueve, en el que ya se habían cruzado 322 pelotazos. No hubo dueño. Y la tónica se mantuvo. Ninguna de las dos combinaciones consiguió una tacada para romper el partido. La exigencia y la tensión subieron. Oier Etxebarria, que tan sólo había perdió un par de pelotas en la primera parte comenzó a emitir algún signo preocupante en la segunda, pero Elordi estuvo ahí para ayudarle.

Agirre y Salaverri vieron cómo, tras el empate a nueve, sus rivales volvían a tomar algo de aire (13-16), pero el navarro se negó a que se les escapara el encuentro. Su actuación fue vital para volver a poner las tablas en el marcador. El encuentro llegaba al momento cumbre y ninguno encontraba la fórmula para imponer su juego.

Fue tras la igualada a 19 cuando un par de errores del zaguero riojano hicieron mucho daño a los colorados e insuflaron la confianza suficiente a los vizcaínos. Agirre salvó por un momento el choque con un buena parada al 'txoko', pero estaban al límite y en su siguiente acción la pelota no llegó al frontis. Elordi y Oier Etxebarria levantaron los brazos. Se calaron su primera txapela a base de constancia y de confianza.

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