La tensión consume a Aitor Elordi

Tras un par de temporadas de sufrimiento, el de Lasarte-Oria vuelve a ver la luz tras reaccionar a tiempo. Mejoró su saque y logró asentarse mejor sobre la cancha ante un rival que no pudo sacar punta a sus principales armas. Las prisas le jugaron una mala pasada. El arranque fue nervioso por parte de ambos pelotaris, que no estuvieron nada cómodos sobre la cancha. Quisieron acabar el tanto lo antes posible antes de madurarlo y los regalos de uno y otro hicieron que el marcador estuviera igualado.

Fue tras el 2-4 cuando Elordi logró una mayor claridad de ideas y, merced a un buen saque cruzado y a que dio un paso al frente a la hora del remate, sumó un parcial de 8-2 en el que su dos paredes de volea funcionó a la perfección y movió bien a su oponente. Pero una dejada al 'txoko' que se le quedó corta fue el principio del fin para el mallabitarra.

Arteaga II sabía que tenía que sufrir y lo hizo. Mejoró sus prestaciones con la jugada inicial y el vizcaíno comenzó a difuminarse. En una abrir y cerrar de ojos vio como su diferencia en el luminoso se esfumaba por sus propios errores. Un exceso de vista en un saque del rival, una chapa con su gancho, una mala colocación a la hora de restar...

El guipuzcoano comenzó a sumar tantos muy rápido sin que llegara la reacción del colorado. La desesperación comenzó a hacer mella en el de Aspe y no encontró la fórmula para centrarse y romper la racha de su oponente. El parcial de 0-11 encajado en apenas 50 pelotazos hizo trizas sus aspiraciones.

Su botillero, Jokin Etxaniz, pidió un descanso para tratar de aclarar sus ideas y de buscar una solución a la complicada situación en la que se encontraba, pero no sirvió de mucho. En la siguiente acción mandó un pelotazo con la derecha al lateral cuando trataba de superar a Artega II. Su volea funcionó otra vez y le permitió recuperar el saque, pero no fue capaz de encadenar una racha que generara alguna duda en el guipuzcoano. Es más, Arteaga II se sacó un resto de gancho imposible de levantar que le permitió llegar al segundo descanso obligatorio por delante y mantener la compostura.

El de Mallabia estaba contra las cuerdas y tuvo otra oportunidad en un error de su rival de volea. Tampoco lo aprovechó. Necesitaba jugar al límite, una situación en la que sabe desenvolverse, pero esta vez sus recursos no resultaron efectivos. Elordi se vendió con una dejada alta en el 'txoko', un golpe que no le funcionó en todo el choque, y Arteaga II respiró profundo consciente de que si mantenía la compostura el choque no se le podía escapar. Lo hizo. Supo estar centrado hasta el final y aprovechar las pelotas que dispuso para cerrar el choque sin problemas.