No hay sitio para todos los campeones en el Manomanista

El primero en ejercitarse ayer en el Astelena fue Iker Irribarria. Lo hizo solo sin la ayuda de ningún otro compañero. «No he podido entrenar todo lo que me hubiera gustado, pero llego vivo, con chispa y con ilusión». Pese a que el guipuzcoano no alcanzó la final del Parejas, entiende que «el torneo ha sido largo y duro sobre todo en los últimos partidos, llego al torneo como he podido», apostilló, aunque sin poner excusas sabiendo que es uno de los mejores a toda la cancha.

Después de la elección, fue el turno para Erik Jaka. El lizartzarra entrenó con Iñaki Artola. Estuvo sacando y restando durante diez minutos antes de disputar dos partidillos a cinco tantos ante Artola. «He tenido tiempo para preparar el campeonato, pero lo que está claro es que nadie llega sin entrenar. Si cada uno hace lo suyo seguro que estarán en buena forma». El delantero de Baiko viene de realizar «entrenamientos físicos en los que he metido más carga para luego estar más finos. De manos estoy bien».

Los elogios cayeron de un lado y de otro. «Si hay algún especialista en esta modalidad ese es Iker. Ha ganado dos veces y ha perdido una final del Manomanista. Abre mucho hueco, es el que más pega y cuando está con confianza termina bien los tantos. Tiene 26 años todavía, con eso está todo dicho. Hay que pensar que nadie es invencible», dijo Jaka sobre Irribarria. El delantero de Aspe hizo lo propio alabando a su rival. «Erik es un pelotari peligroso, es campeón del Manomanista y eso no es por casualidad. Es muy hábil en el juego de aire, con la volea se maneja, defiende bien y en seguida termina los tantos. Le tengo que desconectar para que el partido se le ponga cuesta arriba», lanzó el aramarra.

No hay precedentes entre ellos en individuales, aunque ambos saben cómo juega cada uno. Quien gane, continúa, quien pierde, se marcha a casa. «Estamos acosumbrados a jugar este tipo de partidos. No pienso más allá del lunes porque tengo un rival durísimo», apostillaba Irribarria.