Oier Etxebarria: «Muchas veces entrenar era ya una obligación»

– Quedan pocas horas para su despedida. ¿Qué siente?

– Tengo ganas de jugar el partido. De un tiempo a esta parte me falta ritmo y de las manos no he estado bien, pero trataré de hacerlo lo mejor posible. Me he tomado el día libre en el trabajo, por lo que trataré de disfrutar.

– ¿Cuándo tomó la decisión de dejar la pelota?

– Para finales de mayo ya lo tenía bastante claro y fui a hablar con la empresa la primera semana de junio.

– ¿Costó mucho?

– El último año se me ha hecho muy duro, sobre todo el invierno. Salía del trabajo y tenía que entrenar aunque estuviera cansado, y los fines de semana llegaba el partido. Veía que estaba todo el tiempo igual. No podía disfrutar del día a día. Muchas veces entrenar ya era una obligación. No podía seguir así.

– Terminaba agotado.

– Me acuerdo de un partido del Parejas de promoción en marzo en Larraintzar (Navarra) que terminó a la una y media de la madrugada. No jugué bien y pensé: qué necesidad tengo yo de estar aquí a estas horas si no estoy disfrutando.

– ¿No le da pena dejarlo?

– Por una parte sí, porque juego desde los seis años y me gusta estar en el frontón. Ahora me lo tomaré como un hobby.

– Puestos en una balanza, su otro trabajo ha ganado a la afición.

– Hoy en día estoy muy a gusto en mi trabajo en la empresa Ormazabal y las condiciones son buenas. En la pelota iba a durar otros tres o cuatro años. Los que jugamos en promoción sabemos dónde estamos. Que si tienes una lesión, que si no estás con confianza o viene otro fuerte de abajo... Hoy en día funciona así.

– ¿Los responsable de Aspe se sorprendieron de su decisión?

– Al principio sí. Pero se lo tomaron bien. Eran conscientes de mi situación y me entendieron.

– ¿Hasta cuando tenía contrato?

– Hasta finales de este año. Pero les pedí terminar en verano porque en septiembre no quería volver a entrar en el mismo bucle, y para disfrutar un poco de la época estival.

– ¿No se veía capaz de llegar a primera?

– No. Soy un pelotari que falla poco, pero me falta golpe. Cuando he estado fresco sí me he visto capaz de realizar algún entrenamiento o de jugar algún partido con ellos, pero no me veía arriba.

– A Elordi le ha costado pero ha llegado.

– Todos estamos muy contentos por ello. Técnicamente siempre ha sido un pelotari muy bueno. Sus posturas de gancho y volea son naturales y lleva implícita la habilidad para acabar el tanto. Cuando ha mejorado el físico con mucho trabajo ha explotado.

– ¿Se marcha con alguna espina clavada?

– No. Siempre he intentado hacerlo lo mejor posible.

– ¿Y con algo pendiente como jugar con Altuna III?

– Jugar con estrellas como él nos gustaría a todos. No he podido hacerlo y puede que me lleve esa pena. Pero he cumplido el sueño que tenía de pequeño y me quedo con eso.

– ¿Con qué más se queda?

– Con la gente que he conocido en la pelota. Siempre he sentido el apoyo de los más cercanos. Los de casa y los amigos han venido a un montón de encuentros y eso es de agradecer.

– Un partido.

– La final del Parejas de promoción que gané con Zabala en 2022. Tanto antes como las siguientes semanas tenía la sensación de que diera como le diera a la pelota me entraba bien en la mano. Desde entonces no he vuelto a tenerla. Jugamos mucho los dos y disfruté en el partido y durante todo el día.

– ¿Seguirá vinculado a este deporte de alguna forma?

– No tengo intención de competir. Pero en la parte de atrás del frontón con la pelota blanda sí que seguiré jugando, y también acudiré a los frontones.

– Uriondo jugó en Baiko y tomó una decisión similar a la suya. ¿Están mal pagados?

– No lo sé. Pero mis condiciones trabajo en la empresa Ormazabal son mejores.

– Vista su experiencia, ¿animaría a un joven pelotari que ser profesional?

– Sin duda. He estado muy a gusto cuatro años y medio en Aspe. He disfrutado. El ambiente del vestuario es muy bueno y el técnico Jokin Etxaniz es un gran responsable de ello. Pero también le diría que si la pelota no cambia los próximos años no deje los estudios.