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Buñuel es un pueblo al sur de Navarra. Muy cerca de la linde con Zaragoza. El río Ebro riega sus resecas tierras. Como en todo territorio del Viejo Reino en su día se construyó un frontón de reducido aforo. La pelota a mano para sus ... habitantes siempre ha sido como una religión. Es el deporte que desde antaño ha causado un inusitado interés.
La Liga de Empresas de pelota, en estos tiempos de pandemia y penuria, se está devanando la sesera para sus programaciones y llevó la apertura de la pasada jornada del Campeonato de Parejas a Buñuel. Fue la noche del viernes 14 de enero. Frío. La helada comenzaba a teñir los campos y tejados de una blancura inmaculada. Crudo invierno.
La oferta era muy apetecible. Urrutikoetxea y Aranguren, con gerriko rojo, contra Laso e Imaz. Sin embargo, el partido se convirtió en una auténtica odisea. El suelo de la cancha, impropio para una competición de élite. Una ratonera. La pelota, o se quedaba parada, o salía despedida como un cohete. Los pelotaris tuvieron que hacer un verdadero ejercicio de funambulismo para mantenerse en pie. En varias ocasiones dieron con sus huesos en el suelo.
En el arranque marcó el ritmo el delantero de Zaratamo. Con su gancho, su libreto rematador y la extensión de pegada con su derecha se las hacía pasar moradas a Imaz. En los cuadros de la verdad mantenía un rifirrafe muy vistoso con el bullicioso Laso. Era el vizcaíno quien mandaba en el marcador. El respetable aplaudía a rabiar e insuflaba a sus manos unas pequeñas dosis de calor.
Pasado el ecuador del encuentro, Aranguren fue decayendo en su juego, con errores no forzados, y sus oponentes fueron sumando tantos hasta arribar en el cartón triunfal: 22-17. Mikel Urrutikoetxea hizo méritos para alzarse con un punto de oro. Pero la pelota a mano, mucho más por parejas, suele tener este tipo de resoluciones.
Laso exhibió un día más su talante resolutivo. Es uno de esos pelotaris que tiene unos genes rematadores inigualables. Entra a pelotas, fáciles y enrevesadas, con una soltura admirable. Lo lleva impreso en su sangre. Nunca le tiembla el pulso. Un inventor de jugadas. Es un placer verle jugar. Respecto a Imaz, estuvo trabajador y cubriéndole muy bien los espacios a su compañero.
El espectáculo resultó pobre, muy pobre. Los responsables empresariales tendrán que agudizar su ingenio a la hora de establecer sus ofertas. No se puede ir a un frontón con unas condiciones técnicas muy deficientes. El Campeonato de Parejas, especialmente sus actores, merecen un tratamiento muy distinto al vivido en Buñuel. Respeto. Es de obligado cumplimiento.
La jornada deparó dos sorpresas. En Zumaia salieron derrotados con estrépito (22-7) los líderes, Elezkano II y Zabaleta. Fueron Irribarria y Rezusta quienes les hicieron morder el polvo. Y en el Labrit los últimos de la clasificación, Ezkurdia y Tolosa, magistral, se impusieron (22-18) a Altuna III, con poca chispa, y Martija.
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