«Me da miedo lo que viene ahora»

Con su marcha, la pelota profesional se queda sin representantes de una de las sagas con más nombre. Julen Retegui (Erasun, 1985), el hijo del gran campeón, se despidió el pasado domingo en el fronton Astelena de Eibar tras 14 años en la élite.

- Sabe desde hace tres meses que se acababa esta etapa. ¿Lo ha asumido?

- Que se acaba sí. Pero me da miedo lo que viene ahora. Solo he jugado a pelota y llega algo nuevo que infunde respeto.

- ¿Por qué?

- Porque en la vida de pelotari llevas una rutina de entrenar y jugar a lo largo de toda la semana y ahora tendré que afrontar cosas distintas. Es como salir de tu zona de confort, de lo que conoces.

- ¿Qué balance hace de sus 14 años como profesional?

- Positivo. He tenido momentos buenos y malos, pero prefiero quedarme con los primeros. Con la regularidad que he tenido, con el día del debut, con las txapelas de segunda, con los partidos importantes que he disputado, con las horas que pasamos juntos los pelotaris en el vestuario...

- De momento, la saga de los Retegui toca a su fin.

- Todo tiene un principio y un final. Pero quién sabe si no saldrán más pelotaris con este apellido...

- ¿Le ha pesado mucho el apellido?

- No. Creo que lo he llevado bien.

- Su padre dejó el listón muy alto y para algunos las comparaciones eran inevitables.

- Mi padre y su tío, que ganó seis títulos individuales. Es muy difícil alcanzar a esa cifras. Yo he entrenado y me he preparado lo mejor posible, y he llegado hasta donde he podido.

- ¿Ha sentido más presión?

- No. La presión te la metes tú. Quieres hacerlo bien y salir campeón, pero hay que ser consciente de que los demás también se preparan y juegan.

- Se le ha achacado que prefería jugar a bote cuando en la pelota actual predomina el aire. ¿Está de acuerdo?

- He jugado a bote, pero también he evolucionado. Lo que no se puede es hacer cambios de la noche a la mañana. Todo lleva un tiempo. Tenía claro que no iba a ser un rematador nato como Titín III o Altuna III, pero también metía mis ganchos. No en la cantidad que se ve ahora, pero cuando entraba era para terminar el tanto.

- ¿Cuál ha sido el mejor momento de su carrera?

- Además del debut, los campeonatos de segunda de Parejas que gané con Argote, el Manomanista de esta categoría de 2008 que me permitió jugar el de primera. En ese momento fueron txapelas que me parecieron lo máximo. Luego están los partidos contra Olaizola II del Cuatro y Medio, la final del mano a mano contra Irujo... Hay muchos.

- ¿Y el peor?

- El partido que se me escapó contra Barriola en el Manomanista de 2013 cuando ganaba 20-10. Se me fastidió la mano y no pude hacer un tanto más. En ese momento se te viene el mundo encima.

- Tras su marcha, toda la plantilla de Aspe tiene menos de treinta años. ¿La pelota está cambiando mucho en los últimos tiempos?

- Ya se ve que sí. El otro día haciendo cuentas con otros compañeros vimos que en año y medio nos vamos a casa entre ocho y nueve pelotaris. Es un cambio muy brusco. Que el mayor de Aspe sea Ladis Galarza con 29 años lo dice todo. Es una tendencia que llevan las empresas y hay que aceptarla.

- ¿Pero la treintena no es la mejor edad para un pelotari?

- Con el camino que llevan no llegarán muchos. El otro día estuve viendo la final de Arretxe contra Elkoro de 1997 y el navarro quedó campeón con 35 años.

- ¿Quién ha sido el rival más grande al que se ha enfrentado?

- Hay muchos. Olaizola II, Irujo, Xala, González, Barriola, Bengoetxea VI, Idoate, mi amigo Arretxe II que nos conocíamos desde pequeños y era un oponente muy duro y siempre había que sudar mucho para ganarle... No podría quedarme con uno.

- Usted alcanzó una vez la final más prestigiosa.

- Quedé segundo de la competición reina. Ya sabemos que de subcampeón no se acuerda nadie, pero hay queda para el palmarés.

- Muchos nunca lo hicieron.

- Tuve la pizca de suerte que hace falta en ese momento. Fueron unos meses espectaculares. La final me vino un poco grande y es una pena que no pudiera disfrutarla. Pero la celebración de después fue increíble.

- ¿Cómo le gustaría vivir mañana en su despedida en el frontón Astelena?

- Me gustaría disfrutar, porque los últimos meses no lo he hecho, y ganar.

- ¿Seguirá jugando a pelota?

- Es lo único que he hecho en toda mi vida. Lo llevo dentro y es muy difícil que lo deje. Si no es en una empresa inferior o en aficionados, en el pueblo jugaré con los amigos.