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juan pablo martín
Miércoles, 10 de noviembre 2021, 23:53
Jokin Altuna no piensa en los récords, tan solo en ser mejor cada temporada, pero una cosa va unida a la otra. El de Amezketa no ha parado de acelerar desde que llegó a la pelota profesional hace siete campañas por la calidad con la ... que cuenta y el nivel que ofrece en los partidos. Aprende rápido y, como consecuencia de ello, su escalada ha sido meteórica. A sus 25 años, el domingo, en el frontón Bizkaia, jugará su novena final individual, una cifra que ni los referentes de las últimas décadas habían conseguido a esa edad. Cuatro txapelas le contemplan -dos del Cuatro y Medio y otras tantas del Manomanista-, y, de seguir así, quién sabe a dónde puede llegar.
Basta mirar el pasado más reciente para comprobar que ni Olaizola II ni Irujo se movían en esas cifras. Tras debutar a la misma edad, el de Goizueta tan solo había jugado cuatro cuando cumplió el cuarto de siglo y se había embolsado dos títulos. Su carrera finalizará el sábado con 14 tras la disputa de 26 finales.
El de Ibero fue más rápido, como su juego. Saltó al profesionalismo más tarde que ambos -con 21 años- y cuatro temporadas después ya había estado en siete choques cumbre de los 23 que disputó en su carrera y se había hecho con cinco títulos, pero solo tres eran individuales. Ni echando la vista más atrás se encuentra a nadie que supere a Altuna III. Patxi Eugi a su edad tenía seis choques cumbre y cuatro entorchados, tres conseguidos en solitario, mientras que Beloki se movió en números similares, aunque es cierto que el zaguero de Burlada no frecuentaba las distancias cortas. Tampoco Barriola o Julián Retegui alcanzaron semejante número de finales a esa edad.
El delantero de Amezketa ha aprendido y ha sabido adaptarse para estar en la lucha por alguna txapela desde que en 2016 optó a la primera del Cuatro y Medio. Entonces la perdió con Bengoetxea (22-21) en el Ogueta de Vitoria, pero al año siguiente estrenó su palmarés contra Urrutikoetxea en el Bizkaia por el mismo resultado. Pero para el guipuzcoano tiene casi más mérito alcanzar con regularidad ese partido que estar en el primer cajón del podio, porque la dificultad que entraña poder hacerlo es muy grande. En las luchas individuales no se admiten errores. Un mal día te deja fuera. En la pelota no hay descanso para poder preparar a conciencia los campeonatos. Por eso, además de un buen físico y de sacar punta a sus cualidades, el aspecto mental adquiere mucha importancia. Y Altuna III piensa tan rápido como juega.
Olaizola II. Había jugado cuatro finales y ganado dos.
Irujo. Tenía siete finales, pero tres eran del Parejas, y cinco txapelas, tres en solitario.
Eugi. Ostentaba seis finales y cuatro títulos, uno del Parejas.
Barriola. Tres choques cumbre y dos txapelas individuales.
Beloki. Había jugado seis finales y ganado cuatro, una del Parejas.
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