Todo el mundo le quiere. Tener al campeón del Manomanista, al mejor de la temporada, es un reclamo y una garantía a la hora de organizar un festival, y los municipios apuestan por él. Como consecuencia de ello, Aitor Elordi deberá hacer frente a un ... maratón de partidos a partir de este viernes, ya que jugará siete partidos en once días.
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Y eso que se ha caído la revancha del mano a mano prevista para el pasado martes en el frontón Atano III de San Sebastián por la sobrecarga en el dorsal derecho de Altuna III. «Me da un poco de pena no jugarla porque las últimas semanas las había encaminado a ella, pero creo que la decisión fue acertada porque uno de los pelotaris más importantes de la empresa no merece que arriesgue teniendo todo el verano por delante», destaca.
El de Mallabia arranca este viernes en Bermeo (18.00 horas) en la segunda semifinales del torneo de la localidad que corresponde a la rama de Aspe junto a Zabaleta contra Altuna III y Martija. Y concluirá el último día del mes en Azpeitia con la reedición de la semifinal del Parejas que no pudo concluir por la lesión muscular de Tolosa. Entre medias, dos encuentros del Masters en el que estrenará de compañero a Albisu al ser combinaciones mixtas, un partido en Arrigorriaga el lunes con el zaguero de Anoeta contra Elezkano II y Martija, y otros dos en Rentería y Ordizia.
«He pasado un pequeño bache en el que no me sentía tan bien, pero las sensaciones tras el desafío de San Fermín mejoraron», señala. Desde entonces ha contado con seis días de parón que le han venido muy bien para recuperar, «porque a partir de ahora tendré que ir partido a partido y sin entrenamientos. Descansar lo mejor posible y tratar de recuperarme para el siguiente».
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Un punto de tranquilidad
En anteriores etapas de su carrera ya ha tenido un calendario similar, pero ahora la exigencia se multiplica. En cuatro de los enfrentamientos tendrá como rival a Altuna III, aunque es cierto que llevará a Zabaleta a sus espaldas. «Me he recuperado al 100% de un problema que tuve en la zurda y estoy preparado tanto físicamente como de manos para hacer frente a esta racha».
Llevar la camiseta colorada no ha supuesto una presión extra hasta el momento. «Es normal que se note algo, pero depende de cómo se lo tome cada uno», recalca.
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