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Con petardos y un repique de campanas celebró este domingo por la tarde Mallabia la victoria de Aitor Elordi y su compañero, el navarro José Javier Zabaleta, en el Navarra Arena. Lograr la txapela del Parejas no es cualquier cosa y menos aún para un ... pueblo de poco más de 1.100 habitantes que no recuerda cuándo fue la última vez que contó con un profesional. Gritos, aplausos, abrazos y hasta alguna lágrima de emoción se dejaron notar entre el público que se congregó en el frontón municipal. Desde allí, y a través de una gran pantalla siguieron la final más de doscientas personas. Y lo cierto es que sufrieron, porque aunque el vizcaíno fue por delante en el marcador, hubo momentos en los que la pareja de Unai Laso y Ion Ander Imaz se acercaron en el marcador. «Lo que ha ocurrido hoy es increíble. Es verdad que desde hace mucho tiempo no había nadie bueno en el pueblo, que un pelotari de aquí haya llegado a profesional es algo muy grande», explicaba emocionada, nada más finalizar el encuentro, Itxaso Pradera, presidenta del club de pelota de la localidad.
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Juan Pablo Martín
Antes de que arrancase el encuentro ya había varias decenas de personas en el interior de la instalación municipal, muchos vestidos con la camiseta de Elordi. La jornada fue una auténtica fiesta desde primera hora del día. Por la mañana poteo y luego comida en el frontón.
No fue lo mismo que estar en Pamplona, pero la emoción y la ilusión impregnó de igual forma el ambiente. «Le conocemos desde pequeño, nos encanta este deporte y estamos emocionadas. No podíamos dejar de venir a animarlo«, señalaba en primera fila Mari Carmen Amutxastegi. Junto a ella se sentaba Conchi Amantegi. «Es un chaval muy majo, nos tiene que traer la txapela», soñaba al comienzo del partido.
Aplausos
El primer tanto, a los pocos segundos de comenzar el duelo, arrancó el aplauso de los presentes, el mismo gesto que se escuchó con fuerza cuando apareció en la televisión el pelotari vizcaíno. Los de Mallabia se mantuvieron al principio cautelosos. El 7-8 tensionó el ambiente y comenzaron a verse las primeras caras de preocupación. «La pelota son tacadas, empiezas muy bien y se complica, el contrario también juega, pero Elordi tiene capacidad de sobra. Puede ganar sin problema», afirmaba Aitor Narbaiza a la mitad del encuentro. Y acertó el vecino.
Tras el empate a 8, la grada volvió a levantarse cuando se pusieron por delante los azules y desde ese momento las caras largas dejaron lugar a rostros de felicidad en la muga vizcaína. Los navarros pelearon, aunque ya con el 12- 18, se vio que la victoria estaba más cerca. El público aplaudía a cada punto, incluso se levantó, hizo la ola y coreó el nombre de Aitor Elordi.
Con el 13-20 se desató la locura. Faltaba poco para tener entre manos la txapela. Dos puntos más y Mallabia hizo historia. El agradecimiento fue un largo aplauso, fuerte, cerrado y contundente para Aitor.
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