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Unai Laso, celebra la victoria el frontón Bizkaia.

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Unai Laso, celebra la victoria el frontón Bizkaia. Jordi Alemany

Laso tira de casta y fe para atar la txapela del Cuatro y Medio (22-19)

Vence en una final muy dura a Peio Etxeberria, que pagó muy caros un par de errores clave al final de la contienda

Domingo, 24 de noviembre 2024

Unai Laso (27 años) ya tiene los dos títulos individuales de la pelota profesional. El Cuatro y Medio lo incluyó ayer en su palmarés en el frontón Bizkaia tras un duelo peleado frente a Peio Etxeberria (26 años). El delantero de Bizkarreta-Gerendiain firmó un encuentro de menos a más y su casta y fe hicieron el resto. Sacó las uñas para agarrarse al duelo cuando más complicado lo tenía, tuvo la paciencia suficiente para aprovechar sus ocasiones y madurar a su oponente, y en el momento clave de la contienda contó con la suerte de cara.

Tras ocho años devuelve a Baiko un entorchado que había sido coto de Aspe. Sin embargo, con Altuna III, auténtico dominador de la especialidad, fuera de la ecuación el choque cumbre fue una incógnita casi hasta el final. Se antojaba duro por las características de los dos contendientes, y los 354 pelotazos que se cruzaron así lo atestiguan. Ambos fueron fieles a su estilo y se vaciaron sobre la cancha. La emoción mantuvo el choque vivo porque cometieron más fallos de los que acostumbran. Y en una final cada detalle cuenta. Sin embargo, se los repartieron casi por igual. El vencedor perdió más pelotas no forzadas en la primera mitad, mientras que el de Zenotz lo hizo en la segunda.

Y un par de esos 'regalos' marcaron el devenir de la contienda. El de azul arrancó el partido muy fuerte y con una tacada de 0-5 en la que movió la pelota a la perfección. A base de velocidad tuvo muy incómodo al vencedor. Le alejó del frontis y le hizo correr, por lo que a Laso le costó encontrar su sitio. Los dos descansos que pidió antes del ecuador de la contienda fueron un síntoma preocupante. Su botillero hizo su trabajo y le hizo creer.

Ganó en confianza conforme su rival le permitió agarrarse al partido por sus concesiones. Se jugó a cara de perro. Tantos más bien largos en una cancha que permite jugar. El enfrentamiento fue ganando en intensidad a medida que Laso se acercaba en el luminoso.

Buscó la derecha de Peio Etxeberria cuando se vio en problemas y para evitar que pudiera meterle ritmo al partido. El colorado arriesgó con el gancho y las cosas le empezaron a salir. Sin embargo, no puedo mantener la constancia y se le marcharon algunas pelotas que posibilitaron que el de Zenotz se mantuviera al frente en el marcador, aunque fuera con ventajas muy cortas.

Cuatro de ventaja

Llegó cuatro por delante (8-12) al primer descanso obligatorio, y consiguió mantenerlo hasta el 10-14, pero fue entonces, con el cansancio comenzando a pasar factura, cuando el de Bizkarreta-Gerendiain se fabricó una tacada de tres tantos importante después de ser más agresivo y lo ajustó todo.

A estas alturas del choque las fuerzas estaban justas y el ganador se movió mejor en esta situación. Su derecha estuvo más activa y tuvo la cabeza fría consciente de que todavía había mucho por pelear. Una fase con más errores que aciertos por ambas partes hizo que llegaran los empates a 14, 15 y 16 al enfrentamiento. Peio Etxeberria enderezó el rumbo con un dos paredes de zurda y tanto de saque a 106 kilómetros por hora. Seguía en la pelea. Concentrado. Pero en las dos siguientes acciones la precipitación le jugó una mala pasada. Con su volea, una de sus mejores armas, desperdició un par de ocasiones para abrir un hueco definitivo porque se le escaparon de forma incomprensible después de tener a su rival corriendo detrás de la pelota. De esta forma, Laso se puso por delante (18-17).

Tras el regreso del segundo descanso obligatorio, el de Baiko dio el paso al frente que necesitaba y mantuvo la inercia. Tuvo mayor claridad de ideas y asestó el golpe en el momento justo. Dos tantos seguidos al ancho llenaron sus pulmones de aire y la aportaron la confianza que precisaba. Tenía el partido en su mano y supo agarrarlo. Con la paciencia que le faltó en el Labrit en su anterior compromiso de la liguilla de cuartos ante el mismo rival. Laso mantuvo el temple y se desenvolvió mejor en la dureza para certificar su victoria.

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