«Para la familia Aitor ya ha ganado, pero la final es un premio muy grande»

– ¿Cómo está llevando los días previos a la final?

– Con el punto de nerviosismo que genera el hecho de que Aitor haya llegado hasta la final más grande.

– Para usted también es algo nuevo.

– No tiene nada que ver con todo lo que ha hecho hasta ahora por la repercusión que tiene, pero es cierto que me he acostumbrado a desconectar una vez que entro en la cancha.

– ¿Cuánto tiempo lleva como su botillero?

– En su etapa de aficionado y en los torneos de segunda le hice algunos partidos. El año pasado ya estuve con él en el Cuatro y Medio, y toda esta temporada.

– ¿Porqué cree que le eligió?

– Por la relación existente. Desde que era pequeño le he seguido en los frontones. Nos llevamos muy bien, y siempre que juega algún partido hablamos sobre él. Me gusta mucho la pelota.

– ¿Qué tiene que aportar un ayudante a un pelotari?

– Él sabe de sobra lo que tiene que hacer. Lo mío es más conseguir que se mantenga en todo momento centrado en el encuentro y recalcarle algunas cosas concretas que se le pueden escapar.

– ¿Cómo se consigue?

– Es complicado. Dándole ánimos y tranquilizándole. Cuando el partido va bien las cosas se entienden mejor, pero cuando se tuercen y ves que lo que le dices no surte efecto no es fácil, pero hay que intentarlo.

– Y en ese segundo caso, ¿quién lo pasa peor?

– Se sufre. Más siendo mi sobrino. Sobre todo cuando el rival es muy superior y el golpe moral puede ser grande.

– ¿Sólo hay que transmitirle mensajes positivos?

– Sí. Él ya sabe si ha hecho algo mal en un partido.

– ¿Sorprendido por todo lo que ha conseguido en ocho meses?

– Claro. Decir lo contrario sería mentir. Ha pasado de ser un pelotari bonito de segunda a dar un salto muy grande y ofrecer un gran nivel en los tres torneos de primera.

– ¿Qué ha hecho posible que lo logre?

– Todo es un engranaje. La importante labor de Jokin Etxaniz y su preparador físico Gontzal Urionabarrenetxea, y todo lo que se ha esforzado él para conseguirlo.

– ¿Cómo le ve estos días?

– Disfrutando. Lo que ha conseguido no se logra todos los días y ha quedado patente en el revuelo que ha montado en el pueblo. Es muy bonito.

– ¿Y la familia cómo lo está viviendo?

– Creo que todavía no lo hemos asimilado porque ha pasado muy rápido. Sabemos que ha logrado algo grande, pero aún no lo valoramos lo suficiente. Han sido muchas emociones en poco tiempo.

– Las finales son para ganarlas.

– Sin duda. Es muy difícil visto el estado de Altuna III, pero si juega como en la liguilla de cuartos en Eibar tendrá sus opciones.

– No tiene presión alguna.

– Con la temporada que lleva tiene que salir a disfrutar. Además, en estos ocho meses ha aprendido a sobrellevar la tensión y, aunque el encuentro se complique, sigue centrado.

– ¿Y si no gana?

– Me conformo con que le apriete y sea un partido peleado. Que saque el nivel que ha dado hasta ahora. Para la familia Aitor ya ha ganado, incluso antes de jugar este campeonato, pero la final es un premio muy grande.

– ¿Cómo van a prepararla?

– Él gestiona la mayoría de las cosas y no le da muchas vueltas a los partidos. Es cierto que cuando hablamos surgen algunos detalles, pero en esta modalidad ya sabemos que se hace mucho daño con el saque y hay que tener la mentalidad de acabar el tanto en cuanto se pueda.

– Será importante comenzar bien.

– Ha empezado bien en los últimos enfrentamientos y, aunque a la mitad se le han torcido, la ventaja adquirida le ha beneficiado.