«Ezkurdia es un toro desde el punto de vista físico»

El año pasado acabó la liguilla de cuartos del Manomanista con sensaciones «agridulces». Jugó «el mejor partido» que ha disputado hasta el momento en la especialidad contra Altuna III pero no pudo ganarle, se destrozó las manos contra Zabaleta y también perdió, y no pudo disputar el tercer encuentro contra Ezkurdia. Hoy (21.00 horas) Darío Gómez (Ezcaray, 1996) tiene la oportunidad de estrenarse contra el de Arbizu en el frontón Ogueta, en el que jugará por primera vez un partido de esta modalidad.

El riojano se ha recuperado bien del esfuerzo que supuso su victoria contra Peio Etxeberria, que le permite llegar reforzado a la segunda cita. Ha tenido el tiempo que le gustaría para preparar una especialidad a la que llegó «con los entrenamientos necesarios», y salir airoso de su primera contienda hizo que vaya cumpliendo los objetivos que se había marcado antes de empezar.

«El punto del pasado viernes fue muy importante porque ahora me enfrento a dos pelotaris de mucho calado a los que intentaré dar la sorpresa para estar en semifinales», destaca. El primero de ellos será Ezkurdia, «un pelotari que es un toro desde el punto de vista físico», y que espera esté al 100% a pesar de los problemas musculares que ha tenido. «El otro día ya se pudo comprobar que les ha dado la vuelta y cada vez que juega partidos individuales es favorito», subraya.

Pero para Darío es «un encuentro de los que me gusta jugar, y saldré con una motivación extra». No tiene tanto que perder, y ya se ha quitado de encima la presión de acceder a la liguilla y de estrenar su casillero. Visto el panorama que tiene por delante, sabe que ganar otro partido prácticamente le daría el pase a las semifinales, «pero va a resultar muy complicado». De momento está bien de manos y desde el punto de vista físico, por lo que apurará sus opciones.

Para ello se ha planteado hacer más daño con el saque que en el primer encuentro y estar más fino con el dos paredes, «porque es un arma para abrir huecos y mover al rival». Además necesita evitar que el navarro entre de volea porque con ese golpe pone mucho ritmo al juego y funde al contrario. «Tengo que moverme rápido para poder colocarme de derecha y meter la pelota en pared», añade. Todo en una cancha como la del Ogueta que tiene medio metro menos de altura en el frontis con respecto a otros frontones, pero que al delantero riojano no le parece «tan exigente» como dicen. Este viernes por la noche tendrá la oportunidad de comprobarlo ante un rival de gran cilindrada.