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juan pablo martín
Domingo, 20 de octubre 2019, 00:23
Sufrió como un concenado, pero alcanzó su objetivo. Joseba Ezkurdia tiró de veteranía y sacó su carácter ganador para aplicar a su rival la misma medicina que le endosaban a él hace poco años. El de Arbizu remontó un 13-21 frente a Laso ... y sumó su segundo triunfo en la liguilla de cuartos del Cuatro y Medio. Le bastará con conseguir 15 tantos en su último encuentro contra Artola para ser semifinalista y seguir defendiendo el título cosechado l atemporada pasada. A su rival le entró el pánico y no logró cerrar un partido que tuvo en su mano. «Me he puesto nervioso y no sé lo que he hecho», reconoció al final de la contienda. El disgusto de Laso era evidente, pero nunca había estado en esta fase de la competicion y, aunque ha mejorado mentalmente a la hora de certificar un juego más sólido, todavía le quedan aspectos por dominar. Se la tendrá que jugar en el último encuentro. Estará en la siguiente fase si vence a Bengoetxea VI, o si logra 13 tantos y Artola pierde.
Son las consecuencias de no poner la puntilla a un choque en el que ofreció una gran versión durante muchos minutos, pero en el que se difuminó en el momento más importante. Ezkurdia fue el culpable. El de Arbizu tuvo que recomponerse a medida que transcurría el choque por las dificultades que se encontró en el camino, pero nunca se vino abajo. Ha aprendido a creer en sus posibilidades y que hay que pelear hasta el final. Sufrió porque no encontró la fórmula para descentrar a un rival muy entero durante muchos compases de la contienda, pero sacó su casta para no desengancharse del duelo. Insistió hasta que vio su oportunidad y la aprovechó.
El choque arrancó con un ritmo frenético. Laso emitió buenas sensaciones desde el inicio y aplicó a la perfección el guion que llevaba preparado desde casa. Movió bien a su rival, le tuvo incómodo, y terminó con acierto las acciones que dispuso porque enseguida dio un paso al frente.
El de Arbizu solo se pudo quitar el dominio de su oponente merced a su calidad, pero nunca consiguió ponerse por delante en el luminoso. Con un Laso crecido, le costó abrir ángulos con el gancho y no tuvo la claridad de ideas suficiente como para cambiar la dinámica del partido. Fue tras del 12-14 cuando en el Bizkarreta-Gerendain consiguió el impulso suficiente que parecía que podía ser definitivo.
El de Baiko Pilota mantuvo sus prestaciones y con el viento de cara todo fue más sencillo. El de Arbizu veía cómo se les escapaban sus opciones porque no podía pasar a dominar la situación. Lasó alcanzó el cartón 21 mientras que a su rival le quedaban nueve tantos por delante para llegar al final. Y ahí comenzó el calvario del más joven. El de Arbizu recuperó el saque y empezó la remontada sin prisa. No tenía nada que perder. Las cosas le empezaron a salir porque empezó a encadenar tantos que pesaron en exceso al de Baiko Pilota. El boquete que había conseguido en el luminoso se empezó a cerrar. Su brazo a encoger, y su claridad de ideas se esfumó porque quiso acabar tantos con mucha dificultad o demasiado rápido. El de Aspe fue de menos a más. Sólido. Sin arriesgar más de lo necesario y pudo celebrar la victoria.
El próximo fin de semana se enfrenta a Artola. El guipuzcoano le tiene que dejar en 14 tantos y que no gane Bengoetxea VI si quiere clasificarse. El de Leitza es el que más complicado lo tiene para estar en semifinales. El miércoles hará una prueba para saber si juega tras su lesión en el glúteo. Si lo hace, tiene que dejar en 22-12 a Laso y que Artola no gane.
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