El desparpajo de Elordi descoloca a Ezkurdia en el frontón de Beasain

El de Arbizu partía como claro favorito en una cancha con un frontis con poca salida y un suelo rápido propicio para los rematadores. Ambos lo son. Pero la experiencia y la velocidad que imprime a la pelota el que vistió de colorado tenía su peso para los aficionados. Pocos contaban con que su rival podría ofrecer semejante rendimiento. Era la segunda ocasión que accedía a esta ronda, pero no tenía presión alguna y así es bastante más peligroso.

Desde los primeros compases de la contienda Elordi emitió buenas sensaciones. Se aplicó en defensa frente a un Ezkurdia que insistió en jugar por pared, y sacó a relucir el gancho para adelantarse (3-6) en el luminoso bien ayudado por el saque. Sin embargo, estaba jugando al límite y al mínimo error que cometió el navarro se le echó encima. Tras una buena jugada inicial cogió el centro de la cancha y desde allí dirigió bien la pelota atrás y a los pies para poner en muchas dificultades al vizcaíno. Seis tantos consecutivos le pusieron por delante (9-6). Parecía que tenía la sartén por el mango. El de azul defendía bien, pero no podía con el ritmo de su rival.

Tuvo que pedir un descanso para cortarle la racha y cambiar de estrategia. Necesitaba acortar los espacios y mover la pelota para sacar a su rival de su zona de confort. Lo hizo. Con un gancho pasó de la defensa al ataque y con otro ajustado a la chapa y centrado, empató. Pero el de Arbizu siguió a lo suyo y logró otra pequeña tacada de tres apoyado en el primer golpe.

Fue entonces cuando el vizcaíno apretó los dientes y decidió jugársela. Había aguantado bien hasta entonces, seguía en el choque y era cuestión de tirar de confianza. Así encadenó nueve tantos seguidos con los que comenzó a generar muchas dudas en su rival. Movió la pelota con inteligencia. Sacó a Ezkurdia de su sitio y de sus casillas. Sus remates ajustados a la raya fueron un síntoma de que estaba muy enchufado y peligroso. El navarro también se percató. (12-18).

Tras el segundo descanso obligatorio faltaba por ver si el miedo a ganar no iba a atenazar al de Mallabia. Se vendió en una dejada tras la reanudación y Ezkurdia recuperó el saque, pero no pudo sacarle partido. El vizcaíno se hizo grande. Acertó a meter una buena pelota alta cruzada a pared desde el ancho para sorprender a su rival y con otra atrás tras una buena paradita al ancho se colocó a dos (14-20). Estaba a un paso, pero era grande. A estas alturas el de Arbizu era un animal herido capaz de cualquier cosa.

Elordi también se la jugó en la siguiente acción, pero su volea se fue a raya de la contracancha. Para el navarro fue un ahora o nunca. Consiguió recortar la diferencia a cuatro, pero contó con la colaboración del mallabitarra que quiso acabar pero no acertó con el golpe correcto. (16-20). Sin embargo, no se vino abajo. Esperó su momento. sabía que lo iba a tener porque sus sensaciones eran buenas. Con una buena volea de derecha se colocó a uno y cerró el partido poco después con otra pelota cruzada desde el ancho.