![Del desánimo a la esperanza](https://s3.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/202105/21/media/cortadas/retegui21-kO4D-U140439552847LRG-1248x770@El%20Correo.jpg)
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A lo largo de su historia, el Manomanista ha deparado partidos malos, muy malos, buenos y excelentes. Desde que se oficializó está competición en 1940, cuando la 'txapela' fue a parar a manos de Atano III, de sus entrañas han salido resultados para todos los gustos.
Julián Retegui, con once títulos en el palmarés, siempre ha mantenido que «el Manomanista es único y para mí siempre ha tenido una fascinación especial, porque ha servido para poner a cada uno en su sitio». Sin embargo, los tiempos cambian una barbaridad. En solamente tres décadas, el giro que ha dado ha sido copernicano. Lo de hoy nada tiene que ver con lo de ayer.
La Liga de Empresas se ha sacado de la manga un campeonato relámpago para este 2021. Fugaz. Sin embrujo. Con muy poco atractivo. Es verdad es que la pandemia lo ha trastocado todo. Ningún deporte ha quedado al margen del virus. La pelota tampoco. Aunque pienso que se podía haber hecho mucho más.
Es lo que hay. En medio siglo los frontones son otros. El material, diametralmente distinto. La forma de jugar, diferente. Predomina el juego de aire y la mayoría de los partidos se van por el sumidero. Los pelotaris, que cada vez son más escasos, son hijos de las urgencias y de la construcción muscular. Se han vulnerado las dimensiones de la cancha y se ha acotado. Se ha adelantado la pasa y esa no es la cuestión. Hubiese sido mejor retrasar el saque y bajar la viveza de las pelotas. Pero no, seguimos en las mismas.
Hoy arranca la segunda jornada del torneo en Idiazabal. El pasado fin de semana, los octavos de final resultaron un cúmulo de luces y sombras. Las dos primeras eliminatorias fueron un atentado a la razón pelotística. Ezkurdia, que huele a campeón, pasó por encima de Peña II (22-6) como una auténtica apisonadora. En poco más de 100 pelotazos quedó cerrado el debate. Es una constatación. A mi entender, la inspiración de las intendencias a la hora de diseñar la competición no han sido buenas.
Aún peor fue la parodia que interpretaron Zabaleta, flamante campeón de Parejas, y Arteaga II, que fue repescado a última hora. El de Etxarren llevó a cabo un paseo militar y dejó en dos tantos a su rival, que ha quedado anímicamente muy tocado. En 96 pelotazos, una cifra escandalosa, el encuentro quedó visto para sentencia.
Del desánimo pasamos a la esperanza al recobrar la ilusión por lo visto en el frontón Bizkaia. En la primera cita, Rezusta dio buena cuenta (22-14) de todo un campeón como Bengoetxea VI. Lo mejor de los octavos fue la pelea a cara de perro entre Artola y Agirre. Intercambiaron 328 pelotazos y se dejaron lo mejor de sí mismos (22-18) en la cancha. Me gustó el partido.
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