Darío recupera su versión más agresiva

Era el rival que una buena parte de los presentes en octavos del Manomanista querían evitar. Darío Gómez (Ezcaray, 1996) ha superado con creces todos los temores que tienen los pelotaris al inicio de la competición más dura. El riojano se ha plantado en el campeonato tras superar tres previas en las que ha dejado fuera a dos vizcaínos, Elordi y Elezkano II, y el fin de semana pasado dio un repaso a Peio Etxeberria. Ha comprobado que está en un momento muy dulce y el viernes será el rival de Mikel Urrutikoetxea en el frontón de Labastida.

En su tercera participación, el delantero de Aspe ya ha demostrado anteriormente de lo que es capaz cuando está solo en un frontón. Hace un par de temporadas se convirtió en la revelación y, tras llegar desde abajo, se plantó en las semifinales. El año pasado cayó en cuartos frente a Zabaleta. Por eso este año le ha tocado jugársela a cara o cruz otra vez desde muy temprano. Hace 25 días que arrancó en el Astelena de Eibar. «El primer objetivo era entrar en el torneo porque sabía que iba a ser muy complicado. En mi empresa había mucha competencia. Estoy contento por llegar hasta aquí. Tengo buenas sensaciones».

Tras caer en las semifinales del Cuatro y Medio de promoción y quedar fuera del Parejas, el de Ezcaray se puso como objetivo llegar en las mejores condiciones al mano a mano. Sin prisa, pero sin pausa. «Sobre todo físicas, porque al final en el frontón terminas con malos golpes en las manos». Y los pasos que dio ha comprobado que fueron firmes. El rival que más tantos le ha hecho hasta el momento ha sido Elezkano II con 10. Ha solventado sus compromisos con mucha autoridad, lo que le ha supuesto ahorrarse esfuerzos añadidos.

Su derecha tiene chispa, saca punta a la jugada inicial y de piernas está fresco. Ha recuperado su versión más agresiva. Pero lo que es más importante, está tranquilo porque ha conseguido llegar donde quería. Y en una situación así puede ser un rival muy peligroso. «Contra Urrutikoetxea necesito un partido duro. Que sea lo más físico posible porque así lograré meterme en el encuentro. A ver si hay suerte».

El riojano no quiere presión alguna. «El vizcaíno es claro favorito y yo trataré de ponerle las cosas complicadas». Desde su punto de vista, el de Zaratamo ya ha dado sobradas muestras de su valía en esta modalidad. «Sé de lo que es capaz cuando está bien, y el último año se ha visto que ha recuperado sensaciones. Tiene más facilidad que yo a la hora de terminar el tanto».

Quiere mantener la estrategia que hasta el momento le ha dado tan buenos resultados. El próximo choque es lo único que hay en su cabeza. Su planteamiento no variará mucho del de los anteriores. Sabe cuáles son las armas que le han llevado a meterse en el Manomanista más exigente de los últimos años «y necesito rentabilizarlas». En la elección de material de ayer se decantó por un par de pelotas -105,1 y 104,9 gramos- que dejan jugar más a bote. Urrutikoetxea optó por cueros apergaminados con más salida -104,2 y 104,8 gramos-.

Jugará en Labastida, «el pueblo de mi abuelo, a ver si me da suerte», en un frontón de similares características al del Oñati donde consiguió el billete definitivo para el Manomanista. Será su cuarto partido y en caso de que consiga entrar en la liguilla de cuartos jugaría siete. Una barbaridad. «Sarna con gusto no pica». Pero Darío todavía no se ha puesto en esa tesitura. Prefiere ir paso a paso «porque visto el nivel de los rivales tampoco puedo mirar más allá».