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JUAN PABLO MARTÍN
Lunes, 19 de noviembre 2018, 12:19
Poco después de que le calaran su primera txapela del Cuatro y Medio y de cumplir con los compromisos televisivos, Joseba Ezkurdia accedió a las entrañas del Navarra Arena con un brillo en los ojos que delataba su emoción. Había conseguido uno de los títulos ... individuales ansiados. Sólo él sabía el esfuerzo y las horas de dedicación que habían supuesto y trataba de digerir el gran momento. Antes ya hubo bastantes malos, por lo que ahora tocaba disfrutar. «He dado un golpe encima de la mesa después de todos los recibidos», manifestó.
El de Arbizu calificó la txapela conseguida como «especial» por haberla logrado en el Navarra Arena y ser el primer pelotari en hacerlo. «Ha sido la ostia ganar aquí. Al salir al frontón se me han puesto la carne de gallina. Ha sido todo muy bonito», añadió.
Calificó el choque como «muy duro» desde el inicio tanto física como mentalmente, «pero estaba preparado para ello. A pesar de que me adelantado 8-14 sabía que tenía que seguir y tener la cabeza fría, y lo he logrado», destacó.
El navarro se mostró «orgulloso» de la capacidad de sufrimiento demostrada. «He conseguido mantenerme en el encuentro en todo momento. He estado concentrado y a lo mío. Los fantasmas esta vez no han aparecido», apuntó. Fue la primera final sin botilleros personales, y Ezkurdia insistió en lo que ya había comentado con anterioridad porque «quiero ver a alguien en mi silla». Pero al no poder hacerlo por la decisión tomada por la Liga de Empresas de Pelota Mano (LEP.M), reconoció que había preparado bien el encuentro con Juan Martínez de Irujo «y sabía lo que tenía que hacer en cada momento». Con la derecha imprimió velocidad a la pelota y la cruzó bien, físicamente respondió a la exigencia y, cuando el encuentro se ajustó «sabía que podía dar un poco más de mí por la confianza que tenía», destacó.
El de Arbizu está dispuesto a seguir igual que hasta ahora «porque quiero estar el máximo tiempo posible ahí arriba». En su dedicatoria se acordó de todos los que han estado a su lado «trabajando todos los días. Ellos son lo más importante. Me siento muy querido», dijo.
Jokin Altuna, por su parte, se marchó para casa «triste». «Cuantas más vueltas le demos es peor. Esta derrota no ha sido un fracaso. Me voy con la cabeza alta por lo que he sufrido durante el campeonato y he llegado hasta aquí», manifestó. Reconoció que no había disfrutado en el encuentro «en ningún momento», y prefirió no dar su opinión sobre la cancha del Navarra Arena que le jugó algunas malas pasadas. «No me ha ganado por el frontón sino por que ha sido mucho mejor», señaló. Terminó con el dedo anular de su zurda con un fuerte golpe.
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