La cruz fue para Elezkano II
Elezkano II 12 - Irribarria 22 ·
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Elezkano II 12 - Irribarria 22 ·
Irribarria evita una final del Manomanista vizcaína tras desarbolar con su pegada al de Zaratamo, que no pudo incomodarleJuan Pablo Martín
Domingo, 19 de mayo 2019
Hubiera sido histórico que dos pelotaris vizcaínos jugarán la final del torneo más grande, pero Irribarria se encargó de apagar el sueño de Elezkano II este domingo en el frontón Astelena de Eibar. El guipuzcoano reivindicó sus cualidades en una modalidad en la ... que el golpe es una baza importante y desarboló al de Zaratamo, que no pudo poner en práctica su estrategia de enredar e intentar que aparecieran los fantasmas en la cabeza del de Arama. La cruz fue para el que vistió de colorado, que tendrá que esperar un año más a otra oportunidad. Se ha asentado en la parte alta de esta disciplina, pero para llegar a la cima es necesaria una precisión máxima cuando los recursos de los rivales son mayores.
Elezkano II tuvo un arranque esperanzador, pero terminó por rendirse a la evidencia. Para Irribarria también había mucho en juego en el encuentro. Después de un año aciago en el que se apagó su brillo, el de Arama había dado un paso al frente en el Parejas a pesar de que se tuvo que conformar con el segundo cajón del podio, y estaba dispuesto a dejarse la piel por volver a ser el que era en el torneo de más prestigio. Aunque tuvo un inicio un poco gris en el campeonato, llegaba a la semifinal después de dejar fuera al campeón con la consiguiente inyección de moral que eso supone.
El escenario era diferente, pero tenía que repetir el mismo partido que contra Altuna III para evitar cualquier contratiempo y lo hizo. El de Arama estuvo sólido en muchas facetas de su juego, y la ventaja adquirida a partir del empate a tres fue un bálsamo para su estabilidad. Estuvo cómodo, lo que es sinónimo de problemas para cualquier rival que se enfrente contra él. Y basó su dominio en un buen saque que puso en muchas dificultades al vizcaíno.
El partido de semifniales del Campeonato Manomanista 2019 tuvo un comienzo cuanto menos curioso que plasmó la tensión existente. El primer tanto cayó del lado del vizcaíno después de cuatro escapadas, dos por cada parte. Elezkano II consiguió el saque e Irribarria dio algún signo de estabilidad al no conseguir restarlo. Pero se quedó en un contratiempo sin más. Porque en el momento que logró pelotear el vizcaíno quedó fuera de su zona de actuación y comenzaron los problemas.
Su volea no funcionó como en otras ocasiones en la primera parte de la contienda, por lo que el guipuzcoano tuvo que dar muy pocos pasos hacia atrás y la tacada de seis tantos que sumó fue un claro ejemplo. En el 3-7 el de Zaratamo vio que se empezaban a torcer las cosas y pidió un descanso para tratar de ordenar sus ideas, pero no funcionó. Fue en el 4-8 cuando enganchó una buena pelota atrás que le permitió abrir huecos y su gancho hizo daño. Llegó a colocarse a cuatro de diferencia después de un buen saque que le permitió rematar en la siguiente acción y poner una dejada en el ancho.
Pero no tuvo la constancia suficiente como para seguir apretando a su rival y llegar a ajustar más las cosas. Sus fogonazos fueron esporádicos y en alguna acción se vendió y dio facilidades.
Irribarria llegó al primer descanso obligatorio con un colchón de cinco tantos, y el paso por los vestuarios no surtió efecto alguno en el vizcaíno. Es más, fue entonces cuando su rival rompió prácticamente el choque. Asentado y con las ideas muy claras, el guipuzcoano corroboró que el de Zaratamo no estaba cómodo ni tenía la brillantez de otras ocasiones, por lo que insistió en cargar atrás y supo definir a la perfección.
Pintaban bastos, por lo que el que vistió de colorado decidió arriesgar a la mínima ocasión que tuviera porque veía que el choque se le escapaba de las manos. Tuvo su opción después de meter una dejada en el ancho con la izquierda lanzándose al suelo. Con dos buenos saques se generó otras tantas opciones que resolvió de gancho (10-16), pero tenía que apurar demasiado y su pequeña racha la truncó la chapa en una volea de derecha.
Tuvo alguna oportunidad más pero tampoco consiguió rentabilizarla porque para entonces el partido se había convertido en una montaña demasiado elevada. Irribarria cometió su primer error no forzado que no fuera de saque cuando había sumado 18 tantos, pero no fue más que un pequeño descalabro en su trayectoria porque enderezó enseguida la situación, incluso hizo un segundo en un sotamano que se le fue fuera a poco de finalizar la contienda pero el vizcaíno ya no tenía muchas fuerzas. El doble bote del guipuzcoano que no vio el juez y el posterior impacto de la pelota en su rodilla fue la gota que colmó el vaso. No hubo nada que hacer.
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