La consistencia premia a Barandika y López

Los ganadores sumaron mucho. Más, en una cancha en la que el veterano zaguero guipuzcoano se encuentra cómodo y cierra casi todos los huecos. En el choque cumbre se mostró especialmente inspirado porque, además de crecerse a medida que metía pelotas complicadas, también tuvo recursos para buscarle las cosquillas a sus rivales. Barandika volvió a estar donde se le necesitaba. Efectivo en defensa a la hora de ayudar a su compañero y práctico en ataque con la cortada como principal arma para terminar el tanto.

Johan fue clave en la reacción de los vascofranceses porque asumió riesgos y las cosas le salieron, mientras que Gorka aguantó bien las embestidas y tuvo algunas acciones de mucho mérito como un par de dos paredes con la derecha desde el fondo de la cancha.

Vistas las dos semifinales, Barandika y López partían como favoritos pero tuvieron que ponerse el mono de trabajo porque sus rivales estuvieron a la altura y firmaron un buen partido. La emoción en el marcador mantuvo al publico que llenó las gradas enganchado, porque desde los primeros compases los cuatro salieron con el cuchillo entre los dientes. El duelo fue a cara de perro, pero el mejor arranque de los vencedores, con un López colocando bien la pelota atrás, hizo que se adelantaran 6-1.

Sin embargo, Johan y Gorka se asentaron para crecerse y reclamar su protagonismo. Percutieron bien por pared y entre sus rivales para igualar las fuerzas en el primer set (10-11). Pero sus rivales aguantaron, cargaron mejor atrás y se lo llevaron (13-15).

En el segundo, los hermanos Sorozabal tuvieron que hilar muy fino. Tras el empate a siete, tramo en el que brillaron los zagueros, los vencedores llegaron a contar con tres tantos de ventaja (9-12) que parecía que podían ser definitivos, pero Johan dio un paso al frente para igualarlo todo. Su costado funcionó a la perfección a la hora de la verdad y consiguieron empatar el partido (15-13).

El encuentro llegó al tercer y definitivo set con las espaldas en todo lo alto y los vascofranceses crecidos. Pero Barandika y López siguieron a lo suyo. Trabajaron a destajo para reducir el número de errores y consiguieron que sus rivales pecaran de falta de paciencia en el momento clave. Tras el empate a tres, el delantero de Gernika metió un buen costado por pared, y Johan se jugó un dos paredes desde el cuadro nueve que botó fuera por muy poco y cerró el choque después de más de una hora y veinte minutos de juego (3-5).