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JUAN PABLO MARTÍN
Lunes, 19 de noviembre 2018, 12:07
Las lágrimas de ayer en el frontón Navarra Arena estaban justificadas. Esta vez fueron de alegría. Atrás quedaron los malos tiempos. Joseba Ezkurdia ya tiene su primer título individual. Es el primer campeón del Cuatro y Medio en su tierra. Siete años después de debutar ... ha llegado a la cúspide. Le ha costado muchos sudores y más de un dolor de cabeza, pero el de Arbizu se lo ha ganado a pulso. Su perseverancia por mejorar ha sido la clave de que sea el sexto poseedor del título de la 'jaula' en otros tantos años. Quería su hueco y lo ha conseguido. Carácter navarro.
El de Aspe ha sido un pelotari de explosión lenta. De pequeño conjugó el fútbol con la pelota, pero al contrario que muchos de sus compañeros se decantó por un deporte individual. El camino más complicado. Entró en la escuela de pelota con ocho años, como la mayoría de chavales de su localidad. Y en sus primeros años jugó de zaguero. Fue en esa posición donde aprendió a tirar de volea porque se adelantaba al cuadro cuatro para entrar de aire. Entonces estaba lejos del metro y 91 centímetros que mide en la actualidad y tampoco destacaba en exceso. Fue cuando pegó el estirón, en juveniles, cuando empezó a sobresalir. Poco más tarde pasó al club Oberena y año y medio después Aspe le fichó como una de las joyas del momento junto a Jaunarena. Debutó el día de los Inocentes en el frontón Beotibar de Tolosa.
Sin embargo, le costó despegar. Al año siguiente logró el subcampeonato en el Manomanista de segunda, pero a partir de entonces su evolución fue más tardía. No porque no trabajara en ello. Quienes le conocen siempre han destacado la capacidad y las ganas que le pone el navarro a su preparación. Pero la potencia que atesora en sus manos, sobre todo en la derecha, con su juego de aire no era suficiente para desarbolar a los rivales de mayor calibre.
En los momentos clave se le encogía el brazo. Y los golpes recibidos en forma de derrota fueron importantes. Hasta el punto de no poder cerrar partidos cuando los tenía controlados. Pero Ezkurdia no se vino abajo, aunque después de un disgusto se le quitaran hasta las ganas de entrenar. Se ha rodeado de un entorno que ha conseguido ayudarle. Desde el técnico de la empresa de Eibar, Jokin Etxaniz, con el que ha depurado a destajo sus defectos dentro de la cancha, hasta Juan Martínez de Irujo, el campeón de Ibero que hace dos años se prestó voluntario para asesorarle cuando ya estaba de baja por sus problemas cardíacos, y su preparador Rubén Ayarra.
Pero faltaba la cuarta pata para cerrar el equipo. Y el de Arbizu no ha tenido problemas para reconocer que recurrió la ayuda de un psicólogo deportivo para reforzar su autoestima en los encuentros. Su explosión no ha tardado en llegar. Ahora es otro pelotari. Ha ganado en confianza, por lo que la potencia con control ofrece resultados. Es más agresivo en la cancha y cuando comete errores no se viene abajo. Ha aprendido a insistir y no manchar de borrones el guión establecido para un partido.
El título del Parejas cosechado junto a José Javier Zabaleta vino a ratificar que estaba por el buen camino. Entonces también comenzaron mal, pero consiguieron darle la vuelta a la situación. En el Manomanista de la temporada pasada alcanzó las semifinales, pero se encontró con el de Amezketa, que a la postre sería campeón, en su camino. Ayer también pudo sacarse esa espina.
Ezkurdia ha crecido en los frontones. No en estatura, sino interiormente. Mantiene sus costumbres en las previas de los encuentros, pero ha desterrado sus manías. Antes llegó a no afeitarse en un campeonato porque cada vez que lo hacía perdía y su muñequera tenía que estar colocada siempre en la misma posición. Fuera de las canchas, sin embargo, es una persona tranquila. Su entorno le califica como sensato y con las ideas claras. Un tipo diez, resumen. De los que siempre está dispuesto a ayudar. Noble. Y deja poso. Hace cuatro años el grupo navarro Vendetta editó su cuarto álbum titulado '13 balas'. En él, su amigo Pello Reparaz le dedicó la canción 'Hemen'. Una de las estrofas dice: 'Que sepas que en este largo camino no estarás solo. Tienes la fuerza de todos en las manos y vigor en el corazón'. Ayer se unieron ambas cosas y levantó los brazos. Carácter navarro.
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