Altuna III y Martija reaccionan

Había mucho en juego por parte de las dos combinaciones porque ambas necesitaban aclarar sus dudas y fueron los colorados los que tuvieron una mayor claridad de ideas a la hora de hacerlo. Necesitaron emplearse a fondo, pero el tercer punto cosechado les sabe a gloria y abre un hueco con los dos últimos clasificados que les mete más presión de cara a la próxima jornada.

Para los que vistieron de azul era preciso reducir su número de errores y ganar en confianza, pero tampoco pudieron esta vez. En el inicio del choque ofrecieron su versión más pobre en este aspecto, y los de Aspe obtuvieron cuatro tantos de ventaja que les vinieron a la perfección para asentarse.

Sin embargo, los guipuzcoanos vieron la luz poco a poco y se metieron en el encuentro. Se rehicieron después de que el zaguero comenzara a mandar y Peña II encontrara los huecos y el acierto que estaba buscando. El de Tolosa se fue creciendo conforme le salían las cosas y el partido se volvió a igualar. Se vivió una fase en la que los delanteros tuvieron mucho protagonismo con bonitas acciones que arrancaron los aplausos del público. De esta forma, los azules se plantaron en el ecuador de la contienda con dos tantos de ventaja merced a su mayor solidez. Para entonces Albisu ya había puesto una pelota de las dos que mandó al rebote, y su delantero llevaba ocho tantos en su haber.

Pero el primer descanso obligatorio no les sentó nada bien. Volvieron a emitir algunos síntomas de inestabilidad y permitieron que los colorados dieran un paso al frente de forma progresiva. Altuna III estuvo mucho más activo y enredó en los cuadros alegres, mientras que Martija arrimó bien la pelota a pared y perdió muy poca.

Comenzaron a remontar. Una tacada de seis tantos hizo mucho daño a sus rivales, que a estas alturas del partido ya no eran los mismos. Peña perdió intensidad y Albisu tampoco dominaba como antes. Altuna III y Martija abrieron un hueco de cuatro tantos (18-14) en el momento justo y supieron gestionarlo a la perfección.

La presión fue para sus oponentes y no pudieron con ella. El choque se endureció y los azules consiguieron acercarse a dos en un par de ocasiones, pero les faltó creérselo. El de Amezketa sabía que era el momento y no falló. Mantuvo la calma y esperó su oportunidad para poner la puntilla al encuentro.