Altuna encadena una nueva exhibición

Así, y como no podría ser de otra manera una vez arribado su día, San Joaquín, San Jokin en euskera, se dio un paseo en el frontón Beti Alai de Ordizia en una nueva exhibición de pelota. Altuna III firmó su tercer sobresaliente en tan solo cuatro días para confirmar que ha regresado por todo lo alto tras su lesión. «Es el Dios de la pelota» o «juega como los ángeles», fueron dos frases escuchadas ayer en un frontón en el que no cabía ni un alfiler.

A los más de quinientos pelotazales que se dieron cita en el recinto ordiziarra se les apareció Dios vestido de blanco. «De todos los que estamos solo a él se le ha ocurrido ese remate», deslizó otro pelotazale en el 20-12, cuando un machete con la izquierda de Irribarria avisaba de que llegaba un tanto azul. No si San Jokin está sobre la cancha. El amezketarra se tiró en plancha a por la pelota y con un giro de muñeca precioso ajustó el zurdazo a la línea de la contracancha. No quedaba más remedio que ponerse en pie y no parar de aplaudir.

El frontón se quedó pequeño para ver la llegada de cuatro pelotaris de grandísimo nivel, que también tuvieron cierta dificultad para encontrar espacios. Con dos pegadores como Irribarria y Zabaleta en liza, raro sería que no alcanzaran el rebote en el corto frontón Beti Alai, con solo nueve números y sillas que hacían de rebote. El recinto, que estrenaba también un bonito color negruzco tras dos años sin poder celebrar Santa Ana, dio la posibilidad de que se vieran grandes pelotazos que alcanzaron varias veces el rebote.

La pareja ayer azul, en cambio, puso facilidades para que San Jokin y un mejorado Beñat Rezusta consiguieran la victoria. Irribarria terminó con seis fallos, Zabaleta con cinco. Muchos regalos para un Altuna III superlativo, que volvió a celebrar con rabia cada genialidad. «Estoy con mucha hambre», declaró el sábado en Renteria. No hace falta que lo demuestre mucho más.

Irribarria y Zabaleta se mantuvieron en el partido gracias a los peligrosos machetes del aramarra, que sigue teniendo un golpe estrella con el que sumar tantos -ayer hasta siete con el mismo modus operandi-. Tras un inicio ajustado con el siete iguales, Altuna III comenzó a brillar. Zabaleta mandó una arriba, mientras que el amezketarra se apuntó cuatro seguidas: una dos paredes con rosca, dos ganchos cogiendo la pelota desde muy abajo y una dejada en el txoko (el 12-7). «¡La Virgen!», se escuchó. No, no era Santa Ana. La obra concluyó con un holgado 22-14.

Entre el telonero y el estelar hubo tiempo para homenajear al gran Marcial Garmendia, uno de los responsables de la sociedad pelotazale Jai Alai de Ordizia, que ha trabajado durante más de 40 años única y exclusivamente para la pelota. A Marcial le bailaron un bonito aurresku y fue el encargado de tirar la txapa al aire. Sacó el azul y él iba con Irribarria, pero era el día de San Jokin.